Pensar un ejercicio de comunicación que se extienda a lo largo de tres años y logre transmitir de forma coherente una idea global que se divide en tres conceptos que dialogan entre ellos, solo es posible cuando no ponemos este objetivo en manos de un especialista en publicidad o comunicación externo, cuando hacemos el trabajo de pensar la consistencia conceptual del evento desde adentro de casa, cuando no se negocia con nadie -muy pocas veces se tiene ese privilegio-.
Sostener la misma visión narrativa por tres ediciones se convierte en un camino viable únicamente cuando no existe un cliente que sin conocimiento alguno pretende cuestionar la lógica de comunicación del evento. Y aunque para muchos es algo cosmético, que se encuentra en la línea del marketing o simplemente menor a la hora de pensar un festival, para BOGOSHORTS es una pieza esencial del todo en lo que creemos.
En los últimos meses del 2022, poco antes de la edición de la luz, donde también se cerraba un ciclo que venía de la oscuridad en la que nos había sumergido la pandemia, empecé a ver con claridad que ese festival que estábamos a punto de ejecutar no era un punto de llegada, todo lo contrario, la luz era un nuevo inicio expansivo que debía venir de adentro y empezar a inundar el espacio existente.
Quizá por esta misma razón es justo en esta última temporada que todo el proyecto ha adquirido el nombre de Universo BOGOSHORTS y que su cuarta línea de trabajo, BOGOSHORTS Academy, es la más reciente en aparecer. Todo esto no es más que la consolidación evolutiva del deseo profundo de enseñar lo que sabemos, la transmisión de conocimiento, que en suma debería ser el fin último de todo: Comunicar con sentido de crecimiento.
De esta forma nace la trilogía del individuo, que nos ha traído las ediciones del cuerpo en 2023, la mente en 2024 y este año el espíritu. Sin embargo, nada se decreta con las palabras, ellas solo son esfuerzos para dejar claro el deseo. No porque hagamos una edición del espíritu el mundo y sus habitantes están más tranquilos en su interior, supongo que de eso se trata el laberinto de nuestro poster, de hacer evidente que la búsqueda nunca termina y que por eso la angustia de todo lo que no logramos ser permanece constante como un océano infinito.
La programación de esta edición a veces se comporta como ese mar que se debate entre la calma que permite la exploración pacífica y la asesina tormenta que desestabiliza el alma, incluso de un experimentado navegante. Sumergirse en las diferentes secciones del 23 BOGOSHORTS implica saber que existe la posibilidad de encontrarse con islas necesarias donde la curiosidad se puede expandir a sus anchas para permitirse descubrir territorios y criaturas tan extrañas como humanas, pero también es necesario advertir que mucha de la oscuridad del espíritu humano hace también parte de lo que el programa ofrece. Es necesario mirar a los ojos la locura del pasado para intentar detener la del presente.
Como siempre, hemos diseñado un festival que no es para un tipo de gustos específicos, que no es para un tipo de audiencias, que no se limita a buscar un público determinado, que arriesga en caminos tan diversos que incluso nos sorprenden a nosotros mismos, pero que al tiempo sigue alimentando lugares donde ya hemos estado para que el diálogo sobre lo habitual se amplíe.
BOGOSHORTS como las diferentes formas del espíritu, que al final son la del individuo, está lleno de potenciales alegrías pero también en la reflexión histórica, que es tan necesaria para entender el absurdo vergonzoso del presente, ofrece dolores que fueron, son y serán parte de lo que somos.
De nuevo volvemos, no con el ánimo de entretenerlos -como diría un maravilloso cineasta colombiano fallecido “que los entretenga su madre”- sino con la idea de invitarlos a mirarse en el espejo de las historias del mundo, para ver lo que somos, lo que fuimos, lo que no queremos ser y aquello que incluso contra nuestra voluntad seremos.
Este no es solo un festival de cine, es una excusa para juntar cientos de historias y visiones que nos ayuden a ser más conscientes de lo que nos habita, individuos llenos de luz y oscuridad. Nosotros seguiremos buscándonos y quizá nunca nos encontremos, pero sabemos que lo intentamos. ¡Bienvenidos a la edición del espíritu!
Columna de. Jaime E. Manrique - Director BOGOSHORTS
