Resguardo indígena de Nariño recibe certificación del Invima para producir cosméticos por primera vez en Colombia


 
El municipio de Cumbal, en Nariño, fue escenario de un hecho histórico para las economías comunitarias y los pueblos originarios del país: la Asociación Agroecológica Sinchimaki, perteneciente al resguardo indígena del Gran Cumbal, se convirtió en la primera organización indígena de Colombia en recibir la certificación del Invima para la fabricación de productos cosméticos. Este logro marca un precedente nacional en el fortalecimiento productivo de comunidades ancestrales con enfoque sostenible y regulatorio.

La certificación fue otorgada tras un año de trabajo técnico y organizativo, en el que la asociación cumplió con los 162 requisitos establecidos por la normativa vigente de la Comunidad Andina (Resolución 2206). Con ello, Sinchimaki queda habilitada para elaborar jabones, aceites, bálsamos, shampoo y otros productos cosméticos, integrando conocimientos tradicionales con estándares modernos de calidad y seguridad sanitaria.

Sinchimaki está conformada por seis mujeres y cinco hombres del pueblo indígena de Los Pastos. Su nombre, tomado de la lengua quechua, significa “manos sabedoras y protectoras de las plantas”, una expresión que sintetiza la relación espiritual, medicinal y cultural que estas comunidades mantienen con su territorio. El proceso contó con el acompañamiento de la Fundación Impulso Verde Kuaspue, organización colombo-francesa que ha impulsado proyectos de bioeconomía comunitaria en la región.

Durante la visita técnica, los funcionarios del Invima verificaron que las instalaciones cumplían con todos los requisitos de infraestructura exigidos para la producción cosmética. Entre ellos, la adecuada separación entre áreas productivas y de almacenamiento, una condición fundamental para evitar riesgos de contaminación cruzada y garantizar la calidad y seguridad de los productos destinados al mercado.

La certificación fue entregada por el director general del Invima, Francisco Rossi Buenaventura, quien destacó que este avance demuestra el compromiso institucional con el fortalecimiento de la economía comunitaria en las regiones. Rossi señaló que la regulación debe ser vista como una herramienta para acompañar procesos productivos y no como una barrera para pequeños emprendimientos que buscan crecer bajo estándares sanitarios claros.

Para la asociación, el logro tiene un profundo significado cultural y productivo. Giraldo Albeiro Aza, presidente de Sinchimaki, afirmó que este paso permitirá ofrecer productos que cumplen con todos los lineamientos regulatorios sin perder las propiedades ancestrales transmitidas por los mamas y taitas. Aseguró que el equilibrio entre tradición, ciencia y normatividad es esencial para fortalecer la identidad cultural y garantizar el bienestar de las comunidades y consumidores.

El impacto del proyecto también se proyecta en el desarrollo económico del municipio. El alcalde de Cumbal, Andrés Tapie, celebró que esta certificación represente una oportunidad de ingresos estables para las familias del resguardo y un impulso para la región. Agradeció al Invima por el acompañamiento permanente y destacó que este logro posiciona al municipio como referente nacional en procesos productivos con identidad cultural.

Con esta certificación, el resguardo indígena del Gran Cumbal ingresa formalmente a la cadena de valor del sector cosmético, demostrando que el conocimiento ancestral puede integrarse exitosamente con la normatividad sanitaria moderna. El hito es también una ventana para que más comunidades indígenas avancen hacia procesos productivos formales, sostenibles y culturalmente arraigados.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente