Bogotá enfrenta un incremento sostenido en el hurto de celulares, un delito que vuelve a cobrar protagonismo en la temporada navideña. Según información entregada por la Secretaría de Seguridad mediante solicitudes de acceso a la información, entre enero y junio de 2025 se registraron más de 15.000 celulares robados, lo que representa un promedio de 87 casos diarios en la capital. Las cifras confirman la persistencia de este delito en zonas con alta actividad comercial y residencial.
A pesar de la magnitud del problema, durante el mismo periodo solo 2.452 dispositivos fueron recuperados, equivalente a cerca del 15 % del total reportado. Esta baja tasa de recuperación evidencia la necesidad de fortalecer las medidas de protección tanto desde las autoridades como desde la ciudadanía. En este contexto, Juan Enrique Bustamante, presidente de Seguros Mundial, destacó que “el dispositivo móvil es hoy uno de los bienes más vulnerables, especialmente en esta época del año”.
Las localidades con mayor número de hurtos durante los primeros seis meses de 2025 fueron Chapinero y Usaquén, cada una con 1.631 casos. Les siguen Suba (1.593), Engativá (1.458) y Kennedy (1.279). Este comportamiento muestra patrones delictivos concentrados en sectores estratégicos, donde la afluencia de personas, el comercio y la movilidad incrementan los riesgos.
Para Bustamante, estos datos deben generar mayor conciencia entre quienes realizan compras tecnológicas en esta temporada: “Al adquirir un smartphone o un reloj inteligente es fundamental contemplar desde el primer día una cobertura que vaya más allá del daño accidental y responda a los riesgos reales del entorno”.
Ante este panorama, las autoridades recomiendan adquirir equipos únicamente en tiendas autorizadas, evitar transacciones con vendedores informales y considerar la contratación de seguros especializados contra hurto y daños. También insisten en mantener discreción frente a compras recientes, especialmente en redes sociales y espacios públicos.
La temporada navideña aumenta la circulación de personas y la demanda de dispositivos móviles, lo que eleva la exposición al delito. Por ello, la prevención no solo comienza al comprar en establecimientos confiables, sino también al anticipar los riesgos que enfrenta un celular apenas sale de la caja: uso en el transporte público, tránsito por zonas concurridas y la presencia de delincuencia organizada dedicada al robo y reventa.
Tomar medidas de protección, asegurar el dispositivo y actuar con mayor prudencia al transportarlo puede marcar la diferencia entre una experiencia de compra satisfactoria y un incidente que afecte el patrimonio personal. Con cifras de hurto que continúan al alza, las autoridades insisten en que la seguridad empieza desde la decisión de compra y se refuerza con hábitos de autocuidado.
