“Pirsas”, dirigido por la realizadora manizaleña Angélica María Torres y co-producido por Jaime E. Manrique, fue reconocido como Mejor Cortometraje Documental en los Premios Macondo 2025, el máximo galardón del cine colombiano. El filme narra uno de los episodios más dolorosos de la historia reciente: la tragedia del grupo scout PIRSAS, en la que 11 niños perdieron la vida durante una avalancha en el Nevado del Ruiz en 2006. La directora, hermana de una de las víctimas, transforma el dolor personal en una poderosa pieza audiovisual de memoria colectiva.
El corto, de poco más de veinte minutos, reconstruye el ascenso al volcán, la ilusión de los jóvenes y el rastro emocional que dejó el desastre en sus familias y en el país. Más que un documento histórico, “Pirsas” es un ejercicio íntimo sobre la pérdida, el duelo y la necesidad de nombrar lo que la tragedia intenta silenciar. Su estética minimalista, la narración en primera persona y el cruce entre archivo y contemplación visual lo convierten en un relato de impacto emocional profundo.
Los miembros de la Academia Colombiana de Cine quienes son votantes para seleccionar los ganadores del Macondo destacaron la sensibilidad y precisión con la que la obra transforma un acontecimiento íntimo en un hecho de valor universal. “Pirsas” se impuso en la categoría de cortometrajes documentales, superando a producciones que también exploraban temáticas sociales, territoriales y de memoria. Su triunfo confirma el lugar cada vez más relevante del documental breve en la cinematografía nacional.
El reconocimiento también posiciona al cine independiente colombiano como un espacio fértil para crear desde la honestidad, sin grandes presupuestos, pero con una profunda carga humana. La directora ha señalado que su intención no fue recrear la tragedia en clave sensacionalista, sino “darle voz al silencio”, volver visibles las huellas que deja una pérdida que el país nunca terminó de procesar.
“Pirsas” no solo honra a los niños del grupo scout, sino que invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida, la responsabilidad institucional frente a las tragedias y la necesidad de convertir el recuerdo en acto reparador. El cortometraje ya ha sido proyectado en circuitos universitarios, cineclubes, festivales alternativos y espacios de memoria, donde ha provocado diálogos intergeneracionales sobre el duelo colectivo.
Para Angélica María Torres, el premio representa un punto de giro: la puerta para que más públicos conozcan esta historia y para que el cine colombiano siga apostando por narrativas que nacen de la herida pero se elevan hacia la dignidad. La productora del corto ha confirmado que se busca su circulación internacional en muestras de cine de derechos humanos y festivales de documental.
El Macondo 2025 consagra así una tendencia en el cine nacional: historias íntimas que no renuncian a lo político, relatos personales que interpelan a un país entero. “Pirsas” demuestra que la memoria no solo se escribe en libros y museos, sino también en obras luminosas que permiten llorar, recordar y sanar en pantalla grande.
Ahora, con el premio en mano, el reto es que la obra llegue al público general, a las escuelas, a los territorios, a quienes aún no sabían que esta historia existía. Si el dolor tiene una forma de convertirse en legado, “Pirsas” acaba de mostrar que el cine puede ser ese puente entre la pérdida y la memoria viva.

