Objetos arqueológicos del galeón San José entran en proceso de conservación tras su recolección científica

 

Los objetos arqueológicos recuperados recientemente del área del naufragio del galeón San José ya se encuentran en proceso de conservación en el Laboratorio de Patrimonio Cultural Sumergido del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe (CIOH), en Cartagena, y en el Museo Nacional de Colombia, en Bogotá. Se trata de piezas recolectadas por el Estado colombiano en la segunda fase del proyecto científico Hacia el corazón del galeón San José. Estos trabajos permitirán ampliar el conocimiento sobre el manejo del Patrimonio Cultural Sumergido. Las autoridades destacaron el rigor técnico de la operación. El proyecto avanza con estándares internacionales.

El proceso de conservación se orienta a estabilizar los objetos en su transición del entorno marino al terrestre. Para ello, se está realizando la eliminación controlada de sales y cloruros presentes en las piezas, además de estudios para determinar su composición y los tipos de deterioro. Estos análisis permitirán definir los tratamientos adecuados para cada elemento. En el CIOH se habilitó un espacio especializado para iniciar los procedimientos con el cañón de bronce, que permanece inmerso en una piscina con condiciones similares a las del fondo marino. Allí también reposan dos tazas de porcelana recuperadas en la campaña.

En el laboratorio del CIOH se adelantan estudios sobre sedimentos adheridos, fragmentos de porcelana, piezas de madera, restos de cuerda y concreciones metálicas asociadas a los objetos del galeón. Cada elemento está siendo sometido a análisis individual. Entre tanto, las tres macuquinas recolectadas fueron trasladadas al Museo Nacional de Colombia, donde permanecen bajo condiciones ambientales controladas. Estas piezas forman parte del conjunto de materiales que permitirán comprender mejor la historia del naufragio. Los investigadores trabajan en paralelo. El proceso continuará durante los próximos meses.

De manera complementaria, el proyecto adelanta un análisis interdisciplinario que articula al sector Cultura y al sector Defensa. Este estudio busca comprender los procesos naturales de formación del sitio del naufragio, así como los contextos culturales y sociales asociados a los objetos recuperados. Las autoridades indicaron que esta aproximación permitirá integrar variables históricas, ambientales y arqueológicas para un estudio más completo. La información contribuirá a documentar los patrones de preservación en ambientes submarinos. El objetivo es fortalecer la investigación.

Asimismo, se adelantan alianzas con laboratorios académicos especializados para realizar exámenes científicos que permitan determinar la composición y el comportamiento de los materiales en superficie. Estos estudios, apoyados por instituciones universitarias, fortalecerán los resultados de la investigación. El trabajo conjunto busca ampliar la capacidad nacional en conservación submarina. Esta fase del proyecto representa un avance en la formación de expertos locales. Los análisis permitirán documentar propiedades únicas del material recuperado. El proyecto mantiene un enfoque didáctico y científico.

El proceso de recolección de los objetos fue validado por profesionales del Ministerio de las Culturas, la Armada Nacional, la Dirección General Marítima (Dimar) y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). Los equipos verificaron que se cumplieran los protocolos necesarios para garantizar la integridad del sitio arqueológico y de las piezas. Durante la campaña se realizaron cuidadosas maniobras para tomar, transportar y resguardar los objetos. La operación contó con apoyo de tecnología robótica. Los procedimientos fueron ejecutados bajo estrictos estándares. La recuperación fue exitosa.

Una vez extraídos del fondo marino, los objetos recibieron primeros auxilios de conservación a bordo del buque ARC Caribe. El cañón de bronce fue mantenido húmedo en un contenedor refrigerado a 4 grados centígrados para evitar su secado y la corrosión. Las macuquinas, tazas y fragmentos de porcelana se mantuvieron en agua de mar para preservar su estabilidad. Este manejo inicial fue clave para garantizar su integridad. La tripulación siguió protocolos establecidos por expertos. Las piezas fueron transferidas posteriormente a los laboratorios. La cadena de custodia fue rigurosa.

El inventario final del material recolectado incluye tres macuquinas, dos tazas de porcelana completas de diferentes diseños, dos fragmentos adicionales de porcelana, un cañón de bronce, un fragmento de cuerda asociado y pequeños restos de metal y madera procedentes del sedimento. Toda esta información, junto con los protocolos de recolección, la validación técnica y la cadena de custodia, será publicada en un boletín científico para consulta pública y académica. Las entidades resaltaron la importancia de la transparencia en un proyecto financiado por el Estado. El estudio continuará desarrollándose.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente