La competitividad del comercio exterior colombiano continúa atada a problemas estructurales que el país no ha logrado resolver. Según la Encuesta Logística Nacional 2024 del Departamento Nacional de Planeación (DNP), el costo logístico fue del 15,6 %, una disminución frente al 17,9 % registrado en 2022, pero aún muy lejos de los niveles que permiten competir en los mercados globales. Factores como transporte (44,5 %), almacenamiento (22,4 %) e inventarios (17,7 %) siguen siendo los mayores responsables del rezago.
Para Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo de Analdex, el panorama evidencia un retroceso frente a las metas trazadas hace cuatro años: “En 2020 teníamos costos logísticos del 12,6 % y el compromiso era estar por debajo del 10 %. Aunque hubo una reducción frente a 2022, seguimos lejos de los estándares internacionales”. Los países de la OCDE manejan promedios del 8 %, mientras que el rango mundial oscila entre el 11 % y el 13 %, según el Banco Mundial.
El dirigente gremial insistió en que el mayor lastre del sistema es el componente de transporte, que se disparó a casi la mitad del costo logístico total. “Esto demuestra que no se ha hecho la tarea. La hiperregulación nos ha vuelto más ineficientes y menos competitivos”, afirmó Díaz, al señalar que los sobrecostos en movilidad terrestre, restricciones operativas y la falta de modernización han deteriorado el desempeño de las empresas exportadoras e importadoras.
Analdex ha reiterado que una logística eficiente es indispensable para que Colombia pueda aprovechar sus acuerdos comerciales, reducir costos operativos y volverse atractivo para nuevos mercados. Sin embargo, el contexto global —marcado por tensiones arancelarias, disrupciones de cadenas y presiones inflacionarias— exige un país fortalecido internamente, no uno que compite con desventaja frente a sus pares.
La Encuesta también reveló los desafíos que más preocupan a los empresarios: simplificación de trámites (36,7 %), mejora del servicio en puertos y fronteras (18,6 %), digitalización (14,2 %) y articulación institucional (12,3 %). A pesar de los avances en normatividad, los cuellos de botella persisten y frenan la velocidad del comercio exterior colombiano.
Uno de los datos más críticos es el desconocimiento sobre la declaración anticipada en importaciones: el 57,6 % de las empresas no sabe cómo funciona. “Si más de la mitad de las compañías no conocen el mecanismo, es imposible implementarlo como lo plantea el Gobierno. Además, no tenemos plataforma para la obligatoriedad de la declaración anticipada”, señaló Díaz, quien advierte que la falta de pedagogía y de herramientas tecnológicas amenaza con convertir la política en letra muerta.
Con este panorama, el gremio subraya que el próximo presidente de la República deberá asumir con urgencia una agenda logística integral. Entre los puntos prioritarios están el desarrollo del transporte multimodal, el fortalecimiento de la seguridad física en carreteras, la modernización de la infraestructura estratégica y la flexibilización del SICE–TAC, mecanismo clave para la operación en transporte de carga.
La conclusión es clara: Colombia no podrá consolidarse como actor relevante en el comercio internacional mientras no resuelva sus vacíos logísticos internos. Reducir costos, simplificar trámites y modernizar procesos no es solo una necesidad operativa, sino una condición de supervivencia para miles de empresas que hoy compiten en clara desventaja.
