CAR y RAP-E Región Central sellan una alianza histórica para restaurar ecosistemas estratégicos y proteger la seguridad hídrica de Bogotá–Cundinamarca

 


La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Región Administrativa y de Planeación Especial (RAP-E) Región Central firmaron un convenio interadministrativo que marca un hito en la gestión ambiental del centro del país. Se trata de una alianza estratégica con la que ambas entidades buscan fortalecer la conectividad ecosistémica, restaurar áreas degradadas y proteger el recurso hídrico en la cuenca del río Bogotá. El acuerdo, celebrado este 24 de noviembre, consolida una inversión conjunta de 60.300 millones de pesos. Es una apuesta por la sostenibilidad regional. Un compromiso con el futuro ambiental.

El convenio, considerado uno de los más ambiciosos en materia de restauración ecológica en Colombia, tiene como propósito aunar capacidades técnicas, administrativas y financieras para avanzar en acciones integrales de conservación participativa. Estas labores están orientadas al fortalecimiento del Plan de Seguridad Hídrica de la Región Central, uno de los instrumentos clave para garantizar agua en cantidad y calidad para Bogotá y los municipios de Cundinamarca. La inversión será ejecutada en ecosistemas estratégicos de la cuenca alta y media del río Bogotá. La meta es incrementar la resiliencia ambiental. También mejorar los servicios ecosistémicos.

Edwin Giovani García Másmela, gerente encargado de la RAP-E, destacó que este acuerdo representa una apuesta integral por el corredor de páramos Guerrero–Chingaza, esenciales para la regulación hídrica del país. Aseguró que el objetivo es restaurar coberturas naturales, proteger servicios ecosistémicos asociados al agua y fortalecer a las comunidades rurales que viven y gestionan estos territorios. Subrayó además la necesidad de consolidar un modelo que articule ciencia, territorio y participación. Las comunidades tendrán un papel central. El proceso busca transformar prácticas locales.

Por su parte, el director general de la CAR, Alfred Ignacio Ballesteros Alarcón, resaltó que la alianza consolida una de las inversiones más importantes en restauración ecológica del país. Explicó que del total de recursos, 60.000 millones son aportados por la CAR y 300 millones por la RAP-E. Esta inversión permitirá intervenir ecosistemas estratégicos de la cuenca alta y media del río Bogotá. Ballesteros subrayó que la gobernanza ambiental de la ciudad–región se fortalece con acciones de largo plazo. El objetivo es asegurar la sostenibilidad del agua. La estrategia tiene alcance regional.

El convenio incluye un enfoque territorial y comunitario para implementar acciones de restauración participativa. Estas abarcan la recuperación de coberturas vegetales, la protección de nacimientos de agua, la rehabilitación de suelos y la promoción de prácticas productivas sostenibles. Las áreas fueron seleccionadas con base en diagnósticos biofísicos y socioambientales elaborados por la CAR y la RAP-E. Se priorizaron sectores donde confluyen ecosistemas esenciales para la biodiversidad y la regulación hídrica. Los criterios técnicos guiaron la decisión. El territorio marca la hoja de ruta.

Un componente clave del acuerdo es el fortalecimiento comunitario y de la gobernanza ambiental. El convenio contempla la conformación de redes locales de restauradores y promotores ambientales, la formación de líderes rurales y la creación de espacios de participación para la toma de decisiones. Asimismo, busca ampliar mecanismos de comunicación comunitaria que garanticen la sostenibilidad a largo plazo de los procesos. La participación ciudadana será fundamental. Las comunidades serán aliadas en la conservación. La gestión ambiental se democratiza.

Las intervenciones también se alinean con los desafíos del cambio climático, al promover ecosistemas capaces de adaptarse y responder a las nuevas dinámicas ambientales. Restaurar páramos, bosques altoandinos y zonas de recarga hídrica es fundamental para garantizar la resiliencia ecológica. Esta estrategia se integra al Plan de Seguridad Hídrica y a las metas de adaptación climática de la región. La cuenca del río Bogotá es prioritaria. Los ecosistemas estratégicos requieren atención inmediata. Las acciones mitigarán riesgos futuros.

Con esta alianza, la CAR y la RAP-E reafirman su compromiso con la restauración ecológica, la protección del agua y el fortalecimiento de un modelo de gestión participativa que beneficiará a comunidades rurales y ecosistemas estratégicos. El convenio busca consolidar una visión conjunta de sostenibilidad para Bogotá y Cundinamarca. Se trata de un esfuerzo regional que une recursos, capacidades y voluntad institucional. La protección del río Bogotá avanza. La región fortalece su seguridad hídrica. La meta es un territorio más resiliente y sostenible.

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