Durante la sanción de la Ley Artes al Aula, realizada este martes en el Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella, el presidente Gustavo Petro subrayó que la formación artística es una herramienta esencial para construir sensibilidad social y fortalecer la convivencia. Recordó que los programas artísticos implementados en Bogotá durante su alcaldía demostraron que el arte transforma comunidades, amplía horizontes emocionales y contribuye a la prevención de la violencia desde la infancia. Para el mandatario, la educación artística va más allá de un complemento curricular: es una apuesta por la vida y la libertad.
Petro resaltó que el arte “no es para guardarse en una sala”, sino para circular en la sociedad, inspirar, conmover y formar ciudadanía. En su intervención, enfatizó que mientras las obras materiales se deterioran, la creación artística permanece, dialoga con las generaciones y se convierte en un puente hacia la memoria colectiva. Por ello, la nueva ley busca que la formación artística deje de depender de coyunturas políticas y se consolide como una política permanente dentro del sistema educativo colombiano.
El presidente indicó que el programa Artes para la Paz ya alcanza a cerca de medio millón de estudiantes en 3.500 colegios del país, y que la Ley Artes al Aula permitirá ampliar esta cobertura a un millón de niños, niñas y jóvenes en los próximos años. Señaló que, con continuidad y rigor, surgirán nuevos talentos en todas las disciplinas creativas y se consolidará lo que él denomina una “revolución cultural” basada en sensibilidad, pensamiento crítico y respeto por la vida. La meta, afirmó, es formar generaciones que nunca vean la violencia como opción.
En su mensaje, Petro reiteró la importancia de integrar el arte a la formación básica como un medio para reducir la violencia y fortalecer las capacidades socioemocionales. “La matemática me ayuda, pero si no me enseñan sensibilidad puedo terminar creando armas”, dijo, resaltando que el equilibrio entre conocimiento abstracto y sensibilidad artística construye ciudadanos más empáticos. Para el mandatario, enseñar arte en el colegio es enseñar también a convivir y a reconocer la humanidad del otro.
La ley tiene como eje garantizar que niños y niñas crezcan con la capacidad de expresarse sin miedo, desarrollar confianza en su voz y reconocer el arte como una forma de libertad. Petro afirmó que la sensibilidad artística influye directamente en la manera en que las personas se relacionan: “Acariciar es comunicarse, y nadie puede comunicarse sin sensibilidad; el arte forma esa sensibilidad”. La implementación, añadió, debe asegurar procesos continuos de formación y prácticas artísticas en todos los territorios.
El acto de sanción reunió a los ministros Yannai Kadamani (Culturas, Artes y Saberes) y Daniel Rojas (Educación Nacional), así como al representante a la Cámara Duvalier Sánchez, autor e impulsor de la iniciativa. La jornada estuvo acompañada por muestras artísticas de la Corporación Cultural Afrocolombiana Sankofa, fragmentos de Medea dirigidos por Jimmy Rangel, presentaciones de la Orquesta Sinfónica Nacional, Rancho Aparte y colectivos juveniles de hip hop, muralismo y artes gráficas. Una celebración que hizo visible el espíritu de la norma: unir educación y creatividad.
La Ley Artes al Aula reconoce las artes como herramientas pedagógicas fundamentales para el desarrollo socioemocional, la autonomía expresiva y el pensamiento crítico. La normativa fija los lineamientos de una política pública orientada a fortalecer la educación artística, promover metodologías creativas para la formación docente y ampliar los escenarios de aprendizaje más allá del aula, conectando a las instituciones con los ecosistemas culturales de sus territorios.
Con esta sanción, Colombia marca un punto de inflexión en su política educativa y cultural: por primera vez, la formación artística se establece como un derecho cultural y un componente esencial para la convivencia y la paz. La ley apuesta por un modelo educativo integral donde el conocimiento académico, la sensibilidad artística y la memoria colectiva dialogan para formar generaciones más libres, sensibles y capaces de transformar su entorno.
