NielsenIQ presentó su informe anual Consumer Outlook: Guide to 2026, un análisis que retrata el pulso económico y emocional del consumidor colombiano. El reporte identifica cinco perfiles predominantes, donde sobresale el “colombiano cauteloso” con un 38%, seguido del “colombiano luchador” con un 26%. Además, un 18% se define como “colombiano en recuperación”, un 11% no ha visto cambios en su situación y un 6% se percibe como un “colombiano exitoso”, el grupo con mayor estabilidad en la actualidad.
Sobre la percepción económica del último año, el estudio señala que el 36% considera que su situación sigue igual, mientras que un 29% asegura haberse recuperado parcialmente. Solo un 6% afirma haber mejorado de manera significativa. En contraste, el 28% dice estar peor, un deterioro relacionado principalmente con el aumento del costo de vida, la inseguridad laboral o pérdida del empleo y la desaceleración económica nacional. Estas tendencias revelan un entorno de presiones que condiciona la confianza de los hogares.
Al desagregar los datos por género, el informe expone diferencias importantes: el 54% de las mujeres señala la pérdida de empleo como causa de su deterioro económico, frente a un 33% de los hombres. Mientras tanto, la desaceleración económica preocupa más a los hombres, con un 48%, frente a un 22% de las mujeres. Estas brechas reflejan cómo la coyuntura afecta de manera diferenciada a cada sector de la población, especialmente en el mercado laboral y en la estabilidad financiera cotidiana.
El análisis también revela que los eventos económicos y geopolíticos de los últimos años han impactado fuertemente a los colombianos. El 26% perdió empleo o ingresos en los últimos tres años y continúa en esa situación, por encima del promedio regional del 21%. Además, el 34% de las mujeres afirma encontrarse aún en ese escenario, frente al 19% de los hombres. Solo el 6% declara haber ahorrado y sentirse más seguro económicamente, también por debajo del promedio de Latinoamérica.
Frente a los próximos seis meses, las principales preocupaciones de los consumidores se centran en el aumento de precios de alimentos, la posibilidad de una recesión y la estabilidad laboral. También figuran la capacidad para cubrir necesidades básicas, el conflicto global y el incremento de costos de vivienda. Para las mujeres, la seguridad laboral y los costos de vivienda ocupan un lugar prioritario; entre los hombres, el conflicto global aparece como uno de los factores más inquietantes.
El reporte indaga además sobre los gastos que los colombianos planean reducir en los próximos doce meses. Encabezan la lista las comidas fuera de casa, seguidas del entretenimiento y las celebraciones especiales. También se prevén recortes en la compra de electrodomésticos grandes y en la entrega de comida a domicilio. En contraste, salud, bienestar y educación son ámbitos en los que la mayoría prefiere no disminuir su inversión, priorizando necesidades esenciales de sus hogares.
Pese a las restricciones, los consumidores mantienen un ánimo optimista frente al futuro cercano. El 61% cree que su situación financiera será mejor al iniciar 2026, mientras que solo el 14% espera un empeoramiento. El 25% considera que todo seguirá igual. Las mujeres destacan por su mayor optimismo: el 66% confía en una mejora significativa frente al 57% de los hombres, un dato que contrasta con los desafíos actuales y sugiere resiliencia y expectativas de recuperación.
Desde NIQ, el mensaje hacia las marcas es claro: en un entorno marcado por la cautela, generar confianza, ofrecer valor y ampliar las opciones dentro del presupuesto disponible será clave para conquistar al consumidor. Como resume Marta Cyhan-Bowles, directora de Comunicaciones y Marketing Global COE de NIQ, el crecimiento dependerá de captar más viajes y cestas mediante innovación, precisión en portafolio y propuestas que vayan más allá del precio, apostando por relaciones duraderas y transparentes.
