El fin de año suele traer consigo celebraciones, balances y nuevos propósitos, pero también una acumulación de presiones emocionales que no siempre se visibilizan. Las exigencias laborales, los compromisos sociales, los viajes, las compras y las tensiones familiares pueden elevar los niveles de estrés y ansiedad, afectando el bienestar físico y mental de miles de personas en Colombia.
Esta carga emocional no atendida puede manifestarse en síntomas como insomnio, taquicardia, molestias digestivas, irritabilidad o aumento en el consumo de alcohol y otras sustancias. En muchos casos, estas señales se normalizan como parte de la temporada, cuando en realidad son alertas claras de agotamiento emocional que requieren atención y autocuidado oportuno.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2021 más de 1.1 billones de personas en el mundo vivían con algún trastorno mental, siendo la ansiedad y la depresión las condiciones más frecuentes. En Colombia, datos del Ministerio de Salud indican que entre 2019 y 2023 se registraron más de 1.18 millones de casos de depresión, con especial impacto en jóvenes entre 15 y 29 años.
Este panorama se agrava por el déficit de especialistas en salud mental reportado por la OMS, lo que dificulta el acceso oportuno a atención profesional. Por ello, diciembre se convierte en un periodo de mayor vulnerabilidad emocional, pero también en una oportunidad para fortalecer hábitos de prevención y cuidado integral.
Ante este contexto, emi Falck invita a adoptar acciones sencillas pero efectivas: reconocer señales tempranas de estrés, priorizar el descanso, realizar pausas activas, moderar los excesos propios de la temporada y establecer límites saludables frente a la agenda social y laboral. Cuidarse también implica aprender a decir no.
La entidad resalta además la importancia de retomar el chequeo médico como hábito anual. Estas revisiones permiten identificar factores de riesgo físicos y emocionales antes de que se agraven. En adultos sanos se recomienda al menos un control al año, mientras que niños, adolescentes y personas con condiciones crónicas requieren seguimientos más frecuentes.
“En esta época del año es normal que aumenten el ritmo, las emociones y las expectativas. Por eso, más que esperar a que el cuerpo y la mente pasen factura, proponemos actuar. El autocuidado, la pausa consciente y el chequeo oportuno no son lujos, son hábitos esenciales”, afirmó Alejandro Rivas, gerente de la Red Médica de emi Falck.
En este cierre de año, el llamado es claro: escuchar el cuerpo, atender las emociones y buscar apoyo cuando sea necesario. Priorizar la salud mental no solo permite transitar mejor la temporada decembrina, sino empezar el nuevo año con mayor equilibrio, bienestar y capacidad para afrontar los retos que vienen.
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Salud
