Sector Transporte ajusta plan de estabilización tras nuevas fallas en el km 18 de la vía al Llano

 

El Ministerio de Transporte, el Instituto Nacional de Vías (Invías) y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) confirmaron ajustes operativos y técnicos en el corredor Bogotá–Villavicencio, luego de que en la noche del 15 de noviembre se registraran nuevas grietas en el km 18, apenas horas después de su reapertura. El fenómeno, atribuido a asentamientos del pavimento, obligó a reforzar inmediatamente el plan de estabilización del tramo, considerado uno de los puntos críticos de mayor impacto económico en la conectividad entre el centro del país y los Llanos Orientales.

Las entidades señalaron que, debido a la reapertura progresiva del corredor, era previsible la aparición de afectaciones menores asociadas a los movimientos del talud y a la carga vehicular acumulada. El sector enfatizó que las labores de atención no han sido interrumpidas desde que se detectó la falla y que se mantiene un esquema de intervención continua para evitar un deterioro mayor y garantizar la seguridad de los más de 12.000 vehículos que, en promedio, transitan diariamente por la vía.

El diseño de contingencia aplicado para habilitar nuevamente el paso fue concebido para mejorar la transitabilidad en el corto plazo, mientras avanzan las obras definitivas de estabilización. Según Invías, estas intervenciones incluyen manejo hidráulico, drenajes superficiales, reconformación de carpeta y fortalecimiento de la señalización preventiva. La estrategia contempla mantener un equilibrio entre la operación segura del corredor y la ejecución de obras en una zona donde la geología exige medidas progresivas y adaptativas.

El Ministerio de Transporte subrayó que el monitoreo técnico de la vía y de la ladera se mantiene de manera permanente, a través de equipos especializados en geotecnia, instrumentación y mitigación de riesgos. Paralelamente, la ANI avanza en los estudios y diseños para la intervención estructural definitiva, que iniciará con la construcción de una plataforma de estabilización basada en tubería de perforación petrolera, técnica que ya mostró resultados positivos en el km 58 del mismo corredor.

Para el sector productivo y logístico de la región, los avances en este tramo son determinantes. El corredor Bogotá–Villavicencio es una vía estratégica para el abastecimiento de la capital, el transporte de hidrocarburos, el flujo agroindustrial y el turismo. Cada cierre parcial del corredor representa sobrecostos en transporte y afectaciones a la competitividad regional, razón por la cual el Gobierno busca acelerar las soluciones de fondo que reduzcan la inestabilidad histórica del eje vial.

El Sector Transporte indicó que las medidas adoptadas buscan mitigar impactos económicos derivados de interrupciones recurrentes y mejorar la confiabilidad del corredor. “Nuestro compromiso es avanzar en soluciones duraderas para asegurar la operación continua de la vía al Llano”, señaló el Ministerio, destacando que todas las decisiones operativas responden a criterios técnicos de seguridad vial y estabilidad geológica.
Las entidades también reiteraron que la zona se encuentra bajo vigilancia instrumental de alta precisión, lo que permite anticipar movimientos anómalos de la ladera y ajustar los protocolos operativos y de tránsito. Mientras tanto, el esquema de manejo de tráfico se mantendrá flexible, con cierres parciales programados en caso de que las condiciones del talud lo requieran.
El Gobierno hizo un llamado a los usuarios para atender la señalización, mantenerse informados a través de los canales oficiales y programar sus desplazamientos con antelación. “Agradecemos la comprensión de la ciudadanía y reafirmamos nuestro compromiso con la seguridad, la transparencia y la estabilidad del corredor mientras avanzamos en una solución definitiva”, concluyó el comunicado.

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