La XIII edición de los Premios Macondo, el máximo reconocimiento de la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas (ACACC), cerró anoche con una gala que mezcló glamour, industria y músculo cultural en el Teatro Metropolitano. La ceremonia, apoyada por la Alcaldía de Medellín, EGEDA Colombia, Satena y otros aliados estratégicos, reafirmó el posicionamiento del evento como el termómetro más sólido del cine colombiano contemporáneo.
La gran vencedora de la noche fue Estimados Señores, que se llevó el premio a Mejor Largometraje de Ficción, además de conquistar categorías clave como Dirección, Guion, Fotografía, Vestuario, Maquillaje y Diseño de Producción. Por su parte, el documental La Salsa Vive confirmó su impacto narrativo al obtener el premio a Mejor Largometraje Documental y Mejor Montaje, además de alzarse con el galardón de Mejor Sonido.
En paralelo, UNO, entre el oro y la muerte, ópera prima de Julio César, emergió como fenómeno híbrido entre público e industria al ganar Premio Macondo del Público y Premio Macondo Sostenible, consolidando la tendencia global de producción verde como nuevo valor cinematográfico. La categoría de Mejor Largometraje Iberoamericano fue para Aún Estoy Aquí (Brasil), confirmando la curaduría regional que los Macondo han fortalecido en los últimos años.
El evento fue la culminación de la estrategia “Rumbo a los Macondo”, una agenda que transformó a Medellín en laboratorio de cine durante dos meses. Con apoyo de EPM y la Cámara de Comercio de Medellín, se realizaron los Semilleros Macondo, proyecciones gratuitas al aire libre, masterclasses de nominados en oficios técnicos y encuentros profesionales entre actores, productores, diseñadores, músicos y creadores de VFX: una apuesta que acercó la industria al público y activó tejido audiovisual más allá de la alfombra roja.
Entre los galardones honoríficos, el Premio Macondo de Honor fue entregado a la directora y guionista Gloria Triana, figura clave en la historia del cine y la televisión cultural en Colombia. Mientras que el reconocimiento a los Oficios del Cine destacó la labor del gestor cultural Rito Alberto Torres, subrayando el valor del trabajo invisible que sostiene la circulación y preservación del cine.
La edición 2025 dejó una lectura clara: el cine colombiano no solo consolida su diversidad estética y territorial, sino que avanza hacia una industria más completa, donde sostenibilidad, narrativa, memoria, música y técnica dialogan en un mismo lenguaje. Si la gala fue un espejo, la próxima década apunta a más coproducción, más descentralización… y más Macondos.

