El Carnaval de Negros y Blancos llega a Bogotá: una fiesta del sur que reconfigura el centro cultural del país

 


El Carnaval de Negros y Blancos de Pasto, una de las joyas festivas más emblemáticas de Colombia y declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, llega este 29 de noviembre a Bogotá para instalarse, por un día, en el corazón histórico de la capital. No se trata solo de un desfile: es una irrupción estética y simbólica del sur profundo en la ciudad que suele dictar los ritmos culturales del país. La Alcaldía Mayor, junto con la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA), busca que este encuentro sea más que una muestra turística: una relectura de la diversidad creativa que sostiene la identidad nacional.


El recorrido, que iniciará a la 1:00 p.m. en la plazoleta de Las Nieves, tomará la Carrera Séptima como escenario natural para un tránsito de comparsas, colectivos, murgas y artistas individuales que representan la esencia del Carnaval. La procesión avanzará por el Parque Santander hasta llegar a la Plaza de Bolívar, una geografía que no solo implica un desplazamiento físico, sino un cruce de simbolismos. Desde las 3:00 p.m. y hasta las 8:00 p.m., seis agrupaciones musicales ofrecerán un repertorio que oscila entre la música campesina, los ritmos tropicales y las fusiones vocales que definen la sensibilidad nariñense.


La presencia del Carnaval en Bogotá invita a observar cómo las ciudades dialogan desde sus imaginarios culturales. Pasto, con su celebración colorida y profundamente ritual, entra en conversación con una capital plural que, pese a su dinamismo, no siempre reconoce la magnitud de los territorios que laten más allá de su centralidad. Este desfile propone, entonces, una lectura distinta: el patrimonio no es una pieza estática, sino una fuerza que se moviliza, se descentraliza y se adapta a nuevos públicos y contextos.


A la par de la programación artística, la jornada incluirá una muestra de 32 emprendimientos que expanden el relato del Carnaval más allá del gesto festivo. Artesanías, gastronomía típica, diseño local, arte popular y productos identitarios darán forma a un corredor que conecta dos geografías culturales: los 15 proyectos vinculados a Hecho en Bogotá y los 17 articulados con la Alcaldía de Pasto y aliados regionales. Allí se revelará otra dimensión del Carnaval: su potencia económica, su tejido social y su capacidad para narrar territorios a través de sus oficios.


En esta franja de emprendimientos se evidencia un fenómeno clave: la cultura no solo se celebra, también se sostiene mediante economías creativas que, en muchos casos, encuentran en ferias, festivales y articulaciones institucionales la posibilidad de sobrevivir y circular. Bogotá se convierte, por un día, en plataforma de promoción para productores nariñenses cuya tradición está ligada a saberes comunitarios, materiales ancestrales y prácticas de transmisión intergeneracional.


La celebración es también un gesto político. La llegada del Carnaval se construye desde una articulación amplia: la Alcaldía Mayor, la FUGA, la Alcaldía de Pasto, Corpocarnaval, la Alcaldía Local de La Candelaria, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, la Secretaría de Desarrollo Económico, FONTUR y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. En tiempos en que las tensiones entre regiones suelen ocupar la agenda pública, esta alianza propone un relato distinto: la cultura como puente, como mediación y como espacio de reconocimiento mutuo.


La Plaza de Bolívar, escenario tradicional de marchas, proclamaciones y disputas políticas, se transforma aquí en un territorio simbólico donde el arte popular del sur dialogará con la historia institucional del país. Allí se sentirán los ecos de las músicas andinas, la fuerza de la tradición campesina y la estética festiva que ha dado al Carnaval su carácter único. Este cruce —entre lo ancestral y lo republicano, lo íntimo y lo monumental— convierte a la jornada en un experimento cultural de gran potencia.


Así, este 29 de noviembre, el Carnaval de Negros y Blancos no solo atraviesa Bogotá: la interpela. La obliga a mirar hacia el sur, a reconocer la riqueza que ha modelado otras geografías culturales y a dejarse alcanzar por un espíritu festivo que, por naturaleza, es colectivo, mestizo y profundamente emocional. #AquíSíPasa que la cultura se desplaza, se transforma y encuentra nuevos públicos. Y en ese movimiento, la ciudad se redescubre.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente