Construir historial crediticio: el primer paso para acceder a mejores oportunidades financieras en Colombia


En Colombia, aunque el acceso al crédito formal alcanza al 51 % de la población adulta, todavía existe una brecha significativa para quienes no cuentan con historial financiero. La falta de registros en las centrales de riesgo sigue siendo una de las principales barreras para ingresar al sistema financiero, especialmente para millones de personas que nunca han tenido un producto de crédito a su nombre. Sin esa “huella crediticia”, los bancos y entidades evalúan como más riesgosos a potenciales usuarios, limitando su acceso a financiación y servicios formales.

Un historial crediticio sólido puede convertirse en una llave que abre múltiples oportunidades. Acceder a créditos de consumo permite financiar vivienda, transporte, electrodomésticos, educación y tecnologías esenciales para la vida cotidiana. De esta manera, el crédito deja de ser solo un producto financiero y se convierte en un mecanismo de inclusión, movilidad social y mejora en la calidad de vida. Crear esa base es, por lo tanto, una necesidad económica que trasciende el endeudamiento y aporta a la planificación y estabilidad de los hogares.

Para Alfonso Arango, country manager de PayJoy Colombia, construir historial no requiere grandes préstamos ni productos complejos. “Puede empezar con compromisos pequeños y manejables, como financiar un celular. Cada pago oportuno refuerza la confianza y demuestra que una persona puede manejar adecuadamente sus obligaciones”, explicó. Esta visión apunta a democratizar el acceso al crédito, permitiendo que más ciudadanos puedan demostrar su comportamiento de pago sin enfrentar barreras de entrada excesivas.

Las alternativas para quienes nunca han accedido al sistema financiero se han ampliado. Hoy, adquirir un celular financiado bajo un esquema formal que reporte a centrales de riesgo puede convertirse en el primer paso para crear una reputación financiera positiva. Este tipo de productos, diseñados para nuevos usuarios, facilita que personas sin historial comiencen a construirlo sin poner en riesgo su estabilidad económica. Lo clave es garantizar que los pagos se realicen de manera puntual y bajo condiciones que el usuario pueda asumir.

Expertos coinciden en que la construcción de historial depende de hábitos sencillos. Cumplir puntualmente con cada pago, mantener un endeudamiento responsable y evitar múltiples obligaciones que superen la capacidad de pago son prácticas esenciales. De igual forma, se recomienda revisar de forma periódica el historial crediticio para detectar errores o movimientos no reconocidos que puedan perjudicar el perfil. Estos cuidados fortalecen la reputación financiera y reducen riesgos a largo plazo.

La constancia, más que el monto de la deuda, es el factor que más valoran las entidades financieras. El crédito, bien utilizado, permite acceder progresivamente a productos más amplios, desde tarjetas con mayor cupo hasta líneas de educación, emprendimiento o vivienda. Por eso, incluso una compra pequeña puede ser la puerta de entrada a un sistema financiero que, si se maneja de manera responsable, ofrece herramientas para crecer y planear a futuro.

“El historial crediticio no se construye de un día para otro; es el resultado de decisiones constantes y bien pensadas”, concluye Arango. En una economía donde el crédito es determinante para el bienestar financiero, iniciar con pasos pequeños pero estratégicos puede marcar la diferencia entre quedar por fuera del sistema o acceder a oportunidades que transforman vidas. Colombia avanza en inclusión, pero el reto está en que más personas puedan dar ese primer paso con información, acompañamiento y productos diseñados para sus necesidades.

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