Colombia dio este jueves un paso decisivo en la modernización de su defensa aérea al formalizar un contrato con la empresa sueca Saab para la adquisición de 17 aviones de combate Gripen E/F, en una operación valorada en EUR 3,1 billones. El acuerdo, que abarca desde 2026 hasta 2032, incluye 15 aeronaves Gripen E monoplaza y dos Gripen F biplaza, además de sistemas de armas, soporte logístico, entrenamiento y servicios técnicos de largo plazo.
El anuncio, realizado por Saab desde Suecia, marca una de las compras militares más grandes en la historia reciente de Colombia y la mayor renovación de la Fuerza Aérea desde la llegada de los Kfir hace más de tres décadas. La adquisición responde a la necesidad urgente de reemplazar la flota actual, cuya obsolescencia ha sido una preocupación recurrente para los organismos de defensa y seguridad aérea del país.
El acuerdo incluye además dos programas de compensación industrial (Offset) que contemplan transferencia tecnológica, desarrollo de capacidades productivas y cooperación en sectores como aeronáutica, ciberseguridad, salud, energía sostenible y tecnologías de purificación de agua. Según Saab, estos proyectos “fortalecerán la industria nacional y tendrán impactos sociales directos en Colombia”.
Micael Johansson, presidente y director ejecutivo de Saab, afirmó que la empresa siente “honor” por la decisión del país y señaló que este es el inicio de “una relación sólida y duradera que reforzará la defensa de Colombia, beneficiará a su población e impulsará la capacidad de innovación del país”. Saab celebró la entrada de Colombia en la “familia Gripen”, conformada por Brasil, Suecia, Hungría y otros países asociados.
Con el nuevo acuerdo, Colombia se convertiría en uno de los mayores operadores del Gripen en América Latina, junto a Brasil, que actualmente ensambla parte de su flota de forma local. Este factor abre la puerta a un eventual intercambio técnico y académico entre ambos países, así como a la posible participación de la industria colombiana en la cadena de suministro del avión.
El contrato también contempla entrenamientos avanzados para pilotos, especialistas en mantenimiento, técnicos e instructores, con el fin de asegurar la adopción plena de las capacidades del Gripen en materia de guerra electrónica, sensores multisistema, maniobrabilidad y eficiencia de combustible, aspectos en los que la aeronave es reconocida internacionalmente.
Analistas de defensa destacan que la llegada del Gripen E/F implica un salto cualitativo en la vigilancia del espacio aéreo colombiano, con capacidades de combate, respuesta estratégica y operaciones en escenarios complejos muy superiores a las de la flota actual. No obstante, advierten que el país deberá garantizar sostenibilidad presupuestaria y cumplimiento estricto de los compromisos industriales pactados.
La operación también tiene un componente geopolítico relevante: con esta decisión, Colombia reafirma su alineación estratégica con la industria de defensa europea y profundiza la cooperación con Suecia, un actor de peso creciente en materia de seguridad internacional y miembro reciente de la OTAN.
Las entregas de los primeros Gripen están previstas para iniciar en 2026, una vez se complete el proceso de diseño final, fabricación, pruebas, integración y certificación para la Fuerza Aérea Colombiana. Saab proyecta que el entrenamiento formal de pilotos y equipos técnicos comenzará antes de la llegada de las primeras aeronaves al país.
De concretarse en los términos anunciados, este contrato no solo transformará la capacidad militar del país, sino que también posicionará a Colombia dentro de las naciones latinoamericanas con sistemas de defensa aérea de última generación. En los próximos meses se conocerán detalles adicionales sobre los proyectos industriales asociados y el cronograma de entrega definitivo de esta histórica adquisición.
