Colombia detalla alcances y transparencia en la adquisición de los nuevos Gripen E/F

 


El Ministerio de Defensa Nacional y la Fuerza Aeroespacial Colombiana reafirmaron que la adquisición de las aeronaves de superioridad aérea Gripen E/F se efectuó con total responsabilidad, rigor técnico y plena transparencia. El proceso incluye entrenamiento, soporte logístico, infraestructura, sistemas de guerra electrónica, armamento y todos los requerimientos necesarios para su operación. Según la entidad, esta compra no se limita a aeronaves en configuración básica, sino a una capacidad integral que permitirá fortalecer la soberanía y la defensa del territorio. La iniciativa también contempla proyectos de compensación social, ambiental e industrial para impulsar desarrollo nacional. Las autoridades desmintieron versiones imprecisas sobre supuestos sobrecostos o irregularidades. Y reiteraron que el proceso cumple estándares internacionales de integridad.


El Ministerio explicó que se adquirieron 17 aeronaves Gripen E/F totalmente nuevas y equipadas con sistemas de misión, interoperabilidad y sensores de última generación. Estos equipos garantizan su funcionamiento en escenarios exigentes y permiten integrar armamento moderno acorde con los planes de defensa del país. Además del paquete aéreo, la compra incluye armamento avanzado ajustado a las necesidades operacionales de la FAC. También contempla herramientas logísticas, bancos de prueba, equipos de mantenimiento e infraestructura inicial para asegurar la operatividad de la flota. La adquisición incluye un laboratorio especializado para configurar sistemas propios de autoprotección electrónica. Esta capacidad brinda autonomía estratégica y reduce la dependencia de proveedores externos.


En materia de entrenamiento, se estableció un centro avanzado con cuatro cabinas de simulación para pilotos, que permitirá entrenamientos aire-aire y aire-tierra bajo escenarios de realidad aumentada. También se adquirieron sistemas de capacitación para ingenieros, técnicos y personal de apoyo, lo que reducirá costos operativos y fortalecerá la autonomía nacional. Según el Ministerio, esta capacidad permitirá entrenamientos multiaeronave en escenarios complejos y adaptados a amenazas actuales. El Gobierno insiste en que el paquete integral adquirido es incomparable con compras limitadas a aeronaves básicas. Y subraya que la comparación aislada de precios conduce a errores de apreciación. La FAC sostiene que cada componente tiene impacto directo en la seguridad operacional. Así, el país incorpora una capacidad completa para 40 o 50 años de servicio.


El proceso de selección tomó más de una década e involucró equipos multidisciplinarios de la FAC con experiencia en operaciones aéreas, guerra electrónica, infraestructura, logística, armamento y comercio exterior. El análisis concluyó que Colombia necesitaba aeronaves nuevas, actualizables y de larga vida útil, con costos sostenibles y alta autonomía en entrenamiento y guerra electrónica. Entre los oferentes evaluados, el Gripen E/F presentó los costos de operación más bajos, con una reducción estimada del 18% frente a alternativas comparables. Según el Ministerio, esta proyección se calculó sin comprometer desempeño, seguridad ni capacidad ofensiva o defensiva. Además, el diseño modular del Gripen reduce tiempos de preparación y huella logística. Y su capacidad de operar en pistas cortas es compatible con la infraestructura aeronáutica actual.


El proceso contó con aprobaciones de alta jerarquía institucional. La decisión pasó por el Comité Intersectorial de Proyectos Estratégicos (CIPE), el CONPES y el CONFIS. También intervino el Ministerio de Hacienda en la validación presupuestal, junto con el Departamento Nacional de Planeación. Los estudios técnicos, económicos y jurídicos fueron desarrollados por comités internos del Ministerio de Defensa y la FAC. Para la negociación del contrato, el Gobierno conformó un equipo oficial de alto nivel acompañado por la firma Brigard Urrutia. El contrato con la empresa sueca SAAB se firmó el 14 de noviembre de 2025 bajo un esquema de precio fijo, que evita sobrecostos derivados de inflación o fluctuaciones macroeconómicas. Con el mismo presupuesto inicial, el país pasó de 16 a 17 aeronaves.


El Gobierno aclaró que la adquisición tiene soporte y acompañamiento directo del Estado sueco, reconocido por su elevada integridad institucional y estándares anticorrupción. Suecia se ubica entre los diez países más transparentes del mundo, según Transparencia Internacional. El Ministerio de Defensa solicitó formalmente a la Contraloría General y a la Procuraduría revisar la legalidad del proceso. Además, pidió una sesión reservada con las comisiones segundas de Senado y Cámara para detallar, bajo protocolos de confidencialidad, los componentes adquiridos. Las autoridades señalaron que las comparaciones externas con contratos internacionales se basan en datos incompletos y descontextualizados. Los costos en programas de defensa dependen de integración de armamento, entrenamiento, repuestos, seguros y condiciones operativas, entre otros.


Otro elemento clave del acuerdo es el programa de compensaciones (offset), que incluye transferencia tecnológica y proyectos con impacto social, ambiental y económico. Estos convenios involucran a los ministerios de Comercio, Minas, Salud, Vivienda y Defensa, así como al Departamento Nacional de Planeación. El objetivo es que la adquisición genere beneficios más allá del campo militar, ampliando capacidades productivas e innovación tecnológica. El Ministerio afirma que este esquema garantiza retornos estratégicos y contribuye a dinamizar sectores productivos nacionales. Las compensaciones también apuntan a desarrollar capacidades industriales relacionadas con la aviación y la defensa. Y fortalecen la cooperación con instituciones nacionales que se beneficiarán de estas transferencias.


Finalmente, el Ministerio de Defensa y la Fuerza Aeroespacial Colombiana reiteraron que la adquisición del Gripen E/F se desarrolló bajo los principios de transparencia, responsabilidad y protección del interés nacional. El proceso fortalecerá la defensa del territorio, la soberanía aérea y la capacidad estratégica de respuesta durante las próximas décadas. Las autoridades subrayaron que esta es una capacidad integral que trasciende la compra de aeronaves. Y destacaron que el país obtiene sistemas modernos, entrenamientos avanzados, autonomía tecnológica y un marco sólido de compensaciones. Con esta decisión, el Estado asegura herramientas para enfrentar amenazas presentes y futuras. Y reafirma su compromiso con el desarrollo, la seguridad y la modernización de las capacidades militares de Colombia.

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