Colombia analiza datos de la OCDE que evidencian rezagos históricos del sistema de salud previo al actual Gobierno

 

El más reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó una comparación de los principales indicadores de salud de los 38 países miembros, entre ellos Colombia desde el año 2020. El Ministerio de Salud aclaró que, aunque la publicación corresponde a 2025, las cifras evaluadas pertenecen en su mayoría a 2021 y 2023, por lo que reflejan la situación del sistema previo al actual Gobierno. Los datos muestran un panorama marcado por brechas territoriales, problemas estructurales y una lógica centrada en la enfermedad más que en la prevención.

Para el Ministerio, estos resultados han sido el punto de partida para impulsar la reforma estructural al sistema de salud, cuyo propósito es superar las barreras históricas de acceso y atención efectiva. Entre las transformaciones proyectadas se destaca la eliminación de la intermediación financiera, la reorganización de la red pública y la creación de un sistema único y universal. La cartera insistió en que el país necesita un modelo preventivo, predictivo y resolutivo que lleve servicios a todos los territorios sin distinción.

Los datos de la OCDE evidencian el rezago acumulado durante décadas. La esperanza de vida en Colombia para 2021 se ubicó en 77,5 años, por debajo del promedio OCDE de 81,1. Asimismo, la mortalidad evitable alcanzó 419 muertes por cada 100.000 habitantes, una de las cifras más altas entre los países comparados. Estas tendencias reflejan un modelo centrado en relaciones de mercado y con débil inversión en promoción de la salud y prevención de enfermedades, especialmente en las zonas rurales y dispersas.

La publicación también destacó que Colombia no reportó información completa sobre efectividad de la Atención Primaria, incluyendo indicadores como admisiones hospitalarias evitables, mamografías en mujeres entre 50 y 69 años o mortalidad a 30 días por infarto o accidente cerebrovascular. En diabetes, el país registró una prevalencia del 12,3 % en 2022, superando por 3,7 puntos el promedio OCDE. Esto subraya la urgencia de fortalecer la prevención y detectar riesgos tempranos mediante equipos básicos en salud.

Frente a este panorama, el Gobierno ha invertido recursos sin precedentes para llegar a zonas históricamente excluidas. Se han destinado $4,2 billones para consolidar 10.850 Equipos Básicos en Salud y 110 equipos de especialistas, que hoy acompañan a más de 5,5 millones de familias en veredas y barrios del país. Estas acciones buscan ampliar la cobertura real y garantizar atención directa, favorecer la permanencia escolar y fortalecer el bienestar comunitario.

Los indicadores de mortalidad materna e infantil también mostraban desafíos importantes antes del actual Gobierno. Entre 2021 y 2023, Colombia registraba 59,5 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos y 16,8 muertes infantiles por cada mil. Desde 2022 se observa una mejora progresiva: la mortalidad materna bajó un 25,5 % en número de casos y la infantil disminuyó 28,9 %, según los datos preliminares de 2024. La cartera atribuyó estos avances a la inversión social y a la presencia territorial.

La OCDE también reveló que Colombia cuenta con uno de los gastos per cápita en salud más bajos, con 1.877 USD frente al promedio OCDE de 5.967 USD. A pesar de ello, la valoración ciudadana muestra que solo el 1,3 % de la población reportó un estado de salud malo o muy malo. El Gobierno ha incrementado los recursos del sector, pasando de 40,3 billones en 2022 a 65,1 billones en 2025, con una proyección de alcanzar 75,8 billones en 2026 para fortalecer infraestructura, dotación y atención en salud pública.

En materia de infraestructura, el país arrastraba un déficit histórico, con 1,9 camas hospitalarias por cada mil habitantes, frente al promedio OCDE de 4,2. Actualmente se ejecutan 1.322 proyectos en 460 municipios, incluyendo ambulancias, dotación biomédica y la construcción del primer buque hospital para el Pacífico. El Ministerio reafirmó que el informe confirma la urgencia de la reforma: un sistema que privilegia la vida requiere presencia territorial, redes públicas sólidas y rutas preventivas para garantizar atención digna y oportuna a toda la población.

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