Abelardo de la Espriella llena el Movistar Arena y lanza oficialmente su precandidatura presidencial

 


Ayer, en un coliseo completamente lleno, Abelardo de la Espriella —abogado, empresario y ahora precandidato a la Presidencia de Colombia— protagonizó lo que su campaña llamó la “Gran Convención Nacional de Defensores de la Patria” en el Movistar Arena de Bogotá. Más de 15.000 personas asistieron al evento, que según los organizadores marcó “un antes y un después en la ruta hacia 2026”. 


El acto, realizado en lunes festivo, atrajo a ciudadanos de múltiples regiones del país, quienes emplearon el hashtag #RugeElMovistar para compartir imágenes, cánticos y entusiasmo. Los organizadores destacan que no hubo buses oficiales, ni tamales ni incentivos tradicionales, señalando que la convocatoria fue “orgánica”. 


Durante su discurso, De la Espriella apeló a un mensaje de reconstrucción nacional: “Este es el rugido que Colombia debe escuchar”, proclamó, mezclando referencias religiosas, nacionalistas y al simbolismo del tigre, su emblema. Señaló al Gobierno de Gustavo Petro como responsable “del mal que habita la Casa de Nariño” y se presentó como la alternativa de orden, valor y libertad. 


La convención contó con la presencia de figuras públicas de la política, el entretenimiento y líderes internacionales. Entre los invitados subieron al escenario personalidades como la exfiscal Viviane Morales, el congresista Miguel Polo Polo, el actor/comediante Peter Albeiro, el escritor mexicano Dniel Habif, entre otros.


Para muchos expertos en política colombiana, la masiva asistencia representa un sólido golpe de imagen para De la Espriella, que busca consolidarse como outsider, es decir, un candidato fuera de los partidos tradicionales. Su campaña por firmas bajo el movimiento “Defensores de la Patria” tiene como misión inscribir miles de respaldos antes de 2026. 


Sin embargo, el acto también suscitó críticas. Analistas advierten que llenar escenarios no garantiza estructura política territorial, recursos sostenibles ni alianzas partidistas de fondo. El reto para De la Espriella ahora será transformar el espectáculo en apoyo electoral, y la emoción en cifras. 


La puesta en escena fue cuidada: luces, pancartas, bandera israelí entre banderas colombianas, y cánticos anti-Gobierno, lo que le dio al evento una estética similar a un concierto político más que a un mitin tradicional rompiendo los eventos hechos recientemente en la política nacioanl. En redes sociales se difundieron imágenes del recinto con los tres niveles de gradería ocupados. 


Con este acto, De la Espriella envió un mensaje claro: su precandidatura arranca con fuerza, visibilidad y respaldo. Pero el verdadero test estará en su capacidad para movilizar votos, articular programas de gobierno y consolidar alianzas antes de las elecciones de 2026. Lo que ayer fue un rugido será mañana una prueba de llegada.

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