Las historias de los emprendedores gastronómicos en Bogotá son diversas, especialmente cuando diversas zonas del país llegan productos que para el paladar Bogotá no son misteriosos, pero que inmediatamente se identifican con la gama de sabores, fragancias, esencias que convierten en el bogotano, no solamente en un ciudadano del mundo, sino también un paulatino, pero curioso explorador de las recetas colombianas
En medio de aquellas exploraciones, desde la región Caribe colombiana una joven originaria del departamento de Córdoba, nos trae un producto que sin duda se ha convertido en una sensación en el barrio Las Aguas en el centro de Bogotá: la carimañola, esta es la historia de una persona que a raíz del conflicto armado colombiano, ha logrado transformar aquella historia de su abuela, en toda una experiencia gastronómica que ha transformado el modo de comer de los comensales capitalinos.
Yenifer Tordecilla, es Profesional en Cine y Televisión de la Universidad del Magdalena, pero que después de la pandemia del COVID-19 descubrió las viejas recetas de su abuela, una mujer desplazada del campo, y quien vivió en los tugurios creados por la violencia y el desplazamiento forzado en Montería, ha hecho un rescate de estas tradiciones que hoy en día se han convertido en una tendencia gastronómica, no son en los paladares de Bogotá, sino de los turistas que visitan la capital de Colombia.
Esta es la historia de “La Propia Carimañola”, un emprendimiento creado en el año 2020, y que al paso de estos cinco años, Yenifer Tordecilla una mujer oriunda del Caribe colombiano, ha transformado este frito típico de su región en un delicatesen que no puede faltar en las medias nueves de los estudiantes de la Universidad de los Andes.
El nacimiento de “La propia”, un concepto de tradición y cultura gastronómica del Caribe al mundo
La violencia en Colombia ha generado, no sólo víctimas a lo largo de estos cerca de 80 años de historia, sino desplazamientos que han provocado una diversidad forzada en las principales ciudades del país, así, Angela María, una mujer proveniente del campo, quien apunta de asador, y el trabajo dedicado de las mujeres campesinas del país, levantó a su familia, sin embargo, la violencia llegó a su hogar y tuvo que salir desplazada a la ciudad de Montería en Córdoba.
Sin olvidar las tradiciones de Tierra, alta, el pueblo de donde salió víctima del la violencia, levantó su casa a pulso en un barrio muy humilde de la capital de ese departamento del Caribe, crió a sus hijos trabajando de manera decidida, ofreciendo productos en las calles de aquella ciudad, bolis y fritos, al deleite de los comensales de esas tierras.
Muchos años después, sus hijos tendrían nietos, y una nieta de ella sería sin duda de una figura rebelde, la oveja negra de la familia, pero quién imaginaría Que continuarían las tradiciones culturales de su abuela, ahora llevadas a tierras frías, a la ciudad de Bogotá.
Las tradiciones del Caribe no solamente están en su comida sino también es su idiosincrasia y seguramente para la familia de Yenifer, la protagonista de “La Propia Carimañola”, imaginaba que esta mujer estudiaría una carrera que la llevara a alguna aspiración política o económica en el Caribe, pero como una rebelde sin causa, estudiaría, cine y televisión en Santa Marta, en la Universidad del Magdalena para ser exacto.
Al terminar su carrera, no volvería a su hogar, tomaría maleta y llegaría a Bogotá a enfrentar su propio destino, buscando empleo en la carrera donde yo estudio, al principio fue difícil, no es fácil para una persona tan joven y proveniente de otra región, poder lograr éxito en el mundo del cine o la televisión en la capital, pero ella no se rindió, por el contrario, luchó fuertemente, y aunque ya había logrado poco a poco surgir en este gremio, llegaría el 2020.
La pandemia del COVID-19 provocó en la industria audiovisual, un cierre repentino, como en muchos sectores de la economía, y Jennifer, sin empleo, ni otro ingreso económico, buscó en medio de la desesperación y la angustia, una solución que terminaría siendo el principio de una gran aventura en el mundo gastronómico, y también en su aspiración de crecimiento en la industria audiovisual: la Carimañola hecha por su abuela era el camino a la felicidad.
Al principio no fue sencillo para Jennifer comenzar a producir este platillo, volví a recordar las viejas recetas y en medio del ensayo y el error encontró ese sabor característico que poco a poco fue llevando entre amigos y posteriormente a personas desconocidas en domicilios que poco a poco la fueron consolidando, como una promotora, no solamente de un plato típico, sino de toda una cultura resumida en un plato de comida rápida tradicional.
Han pasado cinco años desde que nació este negocio y el mano de su pareja Gustavo Fierro han logrado construir, no solamente una marca, sino también han generado tendencia en el mercado pasando de los domicilios en línea a tener tienda propia en el barrio Las Aguas en el centro de Bogotá Y transformando a que el frito en toda una gama de productos que pueden adquirirse a precios muy cómodos cerca de la Universidad de Los Andes.
¿Qué encontrarán los comensales en “La Propia Carimañola”?
El Caribe se reúne en En un solo restaurante, como ubicado en la calle ubicado en la calle 22, número uno, 12, frente a la facultad de administración de la Universidad de los Andes, en ese lugar, encontrando diversos platillos desde las tradicionales caramañolas con diversos sabores, como queso, pollo, carne, chicharrón, entre otros estilos para los más ávidos por disfrutar de experiencias gastronómicas únicas a base de yuca.
Pero no sólo son ahora, Cari Bañuelas, otros platos, como el mote de quesos, una sopa hecha con queso costeño y ñame tradicional de la costa colombiana. Hace parte del menú de este sitio, además los jugos tradicionales, como el poroso o la guayaba agria, son parte de las delicias que se pueden disfrutar como acompañamiento de una deliciosa Carimañola.
Para Jennifer, el apostar a este tipo de experiencias le ha permitido, no solamente construir una marca que hoy es tendencia en el mundo digital, y también en la gastronomía del centro de la ciudad, sino que hace parte de su proyecto, más ambicioso, continuar su experiencia en el mundo audiovisual, realizando producciones de cine, independiente, entre ellas su último proyecto dedicado a una figura clave en el carnaval de Barranquilla.
La gastronomía es plataforma para “Joselito Carnaval”
Joselito, carnaval, tradicional, figura del carnaval de Barranquilla, y que representa el modo de celebrar estas fiestas como la terminación de las mismas el día antes del miércoles de ceniza, es la mayor ambición audiovisual de Jennifer y Gustavo, una pareja que gracias a “La Propia Carimañola” han logrado obtener recursos propios para ir de manera paulatina, creando un proyecto de largometraje que será la sensación para los que quieren conocer de estas fiestas hechas en el Caribe de Colombia.
Y hay que entrar a esos antecedentes a esta película, ya que gracias al proyecto gastronómico, creado por esta pareja, varias iniciativas de cortometraje han nacido incluso obteniendo reconocimientos a nivel nacional, entre ellos un premio entregado por el festival Smartfilms en el año 2023, por lo que, al comer, una deliciosa carimañola, un mote, un platillo tradicional en “La Propia Carimañola”, es apoyar la iniciativa del entorno audiovisual, que ellos quieren crear, transformando su cultura en una experiencia que todos podemos vivir.