En un acto simbólico encabezado por el ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, y con la presencia de autoridades locales, líderes sociales y comunidades, se firmó el convenio para la ejecución del Proyecto de Gasificación Domiciliaria en Barrancabermeja. Esta iniciativa beneficiará a 450 familias de estrato 1 de los sectores rurales de Centros Poblados, Buena Vista, La Cascajera, La Unión, Meseta de San Rafael, Yacaranda y el área urbana del municipio.
El proyecto, con una inversión total de $3.023 millones, busca garantizar acceso a un servicio público más seguro, económico y sostenible para hogares que durante años dependieron de pipetas de GLP. El Ministerio de Minas y Energía cofinanciará el 70 % del valor total, equivalente a $1.912 millones, destinados a la construcción del sistema de distribución, acometidas, medidores y redes internas. Con ello, se avanza en la meta del Gobierno Nacional de llevar justicia energética y equidad a las zonas rurales.
Durante el evento, el ministro Palma destacó que la gasificación rural representa “un acto de dignidad” para las familias más vulnerables. “Antes una pipeta podía costar $130 mil, y muchas familias tenían que elegir entre cocinar o alimentarse bien. Hoy esos recursos podrán invertirse en calidad de vida”, expresó el ministro, enfatizando que la transición energética también implica igualdad social y alivio económico.
Para líderes comunitarios como Fabio Hernández Cáceres, presidente de los ediles rurales de Barrancabermeja, este avance es el resultado de más de una década de gestiones. “Llevamos diez años tocando puertas con este proyecto. Queríamos que nuestra gente dejara de talar árboles, que cocinara sin humo y tuviera un descanso en su economía. Hoy ese sueño se cumple”, celebró, subrayando el impacto ambiental y social de la iniciativa.
El ministro Palma también resaltó que este tipo de programas consolidan un cambio de enfoque en la política energética del país: de subsidiar empresas a invertir directamente en los usuarios. Anunció además una nueva resolución que permitirá sustituir cocinas de leña por estufas solares e impulsadas por hidrógeno, ampliando los programas de transición hacia energías limpias y con enfoque de género. “Cada estufa limpia significa menos humo en los pulmones de una madre y más tiempo para su familia”, afirmó.
Finalmente, el jefe de la cartera de Minas y Energía aseguró que el país debe diversificar sus fuentes de abastecimiento energético y fortalecer la cooperación regional. “Necesitamos el gas de Venezuela para llevárselo a la gente. La falta de energía no puede ser una barrera para la dignidad y el bienestar”, puntualizó. El Ministerio, a través de la Dirección de Hidrocarburos, continuará desarrollando proyectos que impulsen el desarrollo sostenible, la equidad y la justicia energética en los territorios más apartados del país.
