“El pichamiento”: la adolescencia bogotana convertida en una novela brillante y nostálgica, se lanza al mercado colombiano

Foto tomada de Planeta Colombia.

Una nueva novela llega a las librerías del país y trae una década que transformó la vida de muchos que hoy son protsgonistas del panorama social, cultural, político y económico del país. Así, El pichamiento, del escritor y traductor Juan Fernando Hincapié logra ser una de las novelas más frescas y originales del panorama editorial colombiano reciente. Publicada por Destino, sello del Grupo Planeta, la obra se sumerge en la Bogotá de los años noventa para reconstruir la vida de barrio, la adolescencia, el humor y la pérdida de la inocencia con una voz narrativa que mezcla ternura, ironía y memoria colectiva.


El protagonista, Juancho, es un adolescente de quince años que vive en un conjunto residencial de clase media. Sus preocupaciones son las de toda una generación: jugar fútbol, ganar en Street Fighter, aprobar el colegio y entender qué significa “picharse”, esa palabra que condensa la iniciación, el deseo y la curiosidad de crecer. A través de él, Hincapié retrata un universo donde lo cotidiano se vuelve entrañable y donde la nostalgia tiene sabor a soda, videojuegos y televisión noventera.


La narración, ágil y llena de humor, fluye entre diálogos brillantes, situaciones absurdas y un lenguaje tan colombiano como preciso. Hincapié logra lo que pocos escritores consiguen: darle una textura sonora al habla juvenil sin caer en caricaturas. Cada capítulo es un guiño a la memoria urbana de una generación que creció entre las crisis del país, el auge del rock latino y la llegada de los primeros computadores al hogar.


Lejos de ser una simple novela juvenil, El pichamiento es también una reflexión sobre la masculinidad, la amistad y las reglas no escritas de la adolescencia. En sus páginas palpita el deseo de entender un mundo adulto que se intuye violento e hipócrita, pero también la ternura de una época en la que todo parecía posible. Es, en esencia, una novela sobre el paso del tiempo, sobre lo que se gana y lo que se pierde al dejar de ser niño.


El autor, reconocido por su oficio como traductor y por su obra previa en cuento y ensayo, demuestra aquí un dominio pleno del ritmo narrativo. Su escritura combina la espontaneidad del humor con una construcción literaria meticulosa. El pichamiento no solo entretiene: también emociona y deja huella en el lector que alguna vez fue ese adolescente confundido, curioso y soñador.


La crítica literaria ha destacado el libro como una de las apuestas más originales del catálogo reciente de Planeta. Su lectura deja la sensación de estar ante una historia “arrebatadoramente divertida”, como promete su contratapa, pero también ante un espejo social de un país que aprendía a crecer entre el caos y la esperanza.


En tiempos en que muchas novelas buscan el dramatismo o la denuncia, El pichamiento opta por el humor, la ternura y la memoria. Es una obra que devuelve la fe en la literatura que se atreve a hablar desde la cercanía, desde lo pequeño, desde la vida misma. Y en esa sencillez, Hincapié alcanza una forma de grandeza literaria.


Sinopsis.


Al menos dos promesas hacemos al publicar esta novela: se parece a muy pocas de las que circulan en Colombia hoy en día, y es arrebatadoramente divertida. Nos lleva a la Bogotá de mediados de los años noventa, a un conjunto residencial de clase media. Acompañamos a Juancho, un muchacho de quince años con toda la voluntad puesta en las actividades que le pueden interesar a un chico de esa edad y ese entorno: jugar al fútbol la mayor cantidad de tiempo posible, en el barrio y en el colegio, intentar no perder el año, mantener el invicto en Street Fighter, tener tranquilos a sus mayores y, bueno, el otro asunto. 


El asunto del pichamiento.


«Quería mucho a su papá, lo quería con emoción, pero a su mamá la necesitaba; la necesitaba en la mañana, en la tarde y por las noches. La vida sin su mamá era imposible; sin su papá era difícil pero se podía. Los domingos la naciente familia abordaba un Renault 4 y recorría la Sabana de Bogotá, el señor se detenía en un restaurante y la señora se quedaba en la mesa mientras Juancho y su papá exploraban los alrededores, o Juancho y un primo, cuando Juancho creció un poco y llegaron a su vida esos primos grandotes y toscos que las hermanas de sus papás iban pariendo sin descanso, porque era lo que se estilaba entonces.»


Sobre el autor. Juan Fernando Hincapie.


Bogotá, 1978. Es autor de las novelas Gramática pura y Mother Tongue: A Bogotan Story; de los libros de relatos Gringadas y La ley del ex, y del ensayo El Chavo del 8: una media maratón. Fue el editor de Puñalada trapera volúmenes 1 y 2, una antología de cuento colombiano contemporáneo. Conduce talleres y cursos de escritura, de corrección de estilo y de edición, y ha traducido, entre otros, a Bram Stoker, Arthur Conan Doyle y F. Scott Fitzgerald.

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