El sur de la ciudad tiene destinos increíbles que muy pocos conocen incluso los locales, especialmente en cuanto a gastronomía se refiere, y uno de esos lugares se encuentra en la localidad 15, Antonio Nariño, más específicamente detrás del Cueroo de Bomberos del barrio Restrepo, un lugar que, por más de 60 años, ha sido el epicentro de la gastronomía típica de la región cundiboyacense.
Ese lugar mágico se conoce como “Cuatro Vientos” o muchos taxistas o personas que trabajan en las noches, lo conocen como el famoso “Caldo Parado”, Lugar a lo largo de la historia, ha sido el protagonista de deliciosas experiencias entre gallinas, morcilla, chorizo, longaniza, costilla de cerdo y otras delicias, puestas en freidora.
Y en uno de los locales de este lugar, actualmente administrado por el Instituto para la Economía Social, Economía Social - IPES, está Yaneth Pedraza, la segunda generación de una familia, que a lo largo de 60 años de historia Ha logrado consolidar una larga tradición de gastronomía típica, en un lugar alusivo a una famosa caricatura que nos acompañó a muchos con su estridente risa y sus ocurrencias: “El Pájaro Loco”.
La vida de Yaneth, Es el vivo, ejemplo de muchas familias que los locales comerciales de este punto en el sur de la ciudad han vivido a lo largo de la historia, una ruta llena de dificultades de, desafíos, pero, de innovación y restauración de la tradición de la gastronomía, a través de la fritanga, un plato típico que acompaña a las familias colombianas durante los fines de semana o luego de las innumerables fiestas o convidios, entre algún borracho que busca a través de este plato pasar aquella cruda.
Su infancia la vivio al lado de su madre, quien dedicó su vida desde muy joven, a aprender a ofrecer este platillo en compañía de muchas mujeres, que durante los años 60 habían tomado un lote en el extremo occidental del barrio Restrepo, en el sur de la capital, qué tiempo después sería la sede de la estación de bomberos, que atendería el sector suroriental de Bogotá.
Ella es iniciaron con chapas improvisadas, rudimentarias formas de fritar aquellas carnes en ollas, llenas de aceite y mucha leña o alrededor, sin embargo, durante los años 70, La alcaldía de Bogotá, como forma de reconocer los años de labor en esta zona de la ciudad que se había convertido en un punto de encuentro similar al palacio del colesterol, cerca al Estadio El Campin, construirían una serie de módulos destinados a ofrecer la comida típica cundiboyacense en un solo lugar: el punto comercial “Cuatro Vientos”.
En ese ambiente, Yaneth crecería, incluso bajando en este punto comercial como empleada, hasta que finalmente, a inicio de la década pasada, obtendría su propio local comercial, siguiendo los ejemplos de su madre, y hoy con dos hijos, incluso a su hija, quien actualmente está cómo patrullera en la Policía Nacional, este espacio le daría la oportunidad de darle una vida mejor a su familia.
Horas dedicadas entre el calor extremo del aceite, hirviendo, el agua tan caliente para poder cocinar las gallinas, las vitrinas llenas de morcilla, papas, plátano, yuca, costillas, longaniza, entre otros delicias que componen las famosas, picadas de carnes, que son tradicionales en la comida capitalina, Dedicaciones incluso de 24 horas seguidas, ya que este lugar en la capital atiende siete días a la semana sin parar.
Y así como ella, las empleadas y propietarias de estos espacios comerciales que parecieran en algún momento entrar en el olvido, pero que la fascinación de los comensales, los fines de semana hace que resucite los encuentros familiares en las sillas y los tablones de cemento construidos hace más de 40 años Para disfrutar de aves y carnes, puestas en aceite hirviendo; Dedican sus vidas, incluso sacrificando muchas veces, su salud es su integridad para sacar adelante a sus seres más amados.
Así que, cuando conozcan a Janeth, una sonriente mujer, Chona, que recibe a sus clientes, con alegría y con una deliciosa prueba de morcilla, Sabrá que es esa misma mujer, que, con esfuerzo, dedicación y disciplina ha logrado fortalecer el punto comercial, cuatro vientos, parte de la estructura que eles tiene para apoyar la economía social de una Bogotá, que nunca olvidará sus tradiciones, a pesar de ser tan cosmopolita como el mundo, hoy, pareciera que le exigiera.
Sobre el Punto Comercial Cuatro Vientos
“Cuatro Vientos”, Es un punto comercial, construido en los años 70, por la entonces Empresa Distrital de Servicios Públicos (EDIS), Cómo parte de la estrategia para formalizar los puestos comerciales, especialmente los de alimentos que para ese entonces no cumplían con los estándares de higiene, que para esa época se estaban comenzando a adoptar a nivel nacional.
Este espacio originalmente nace en los años 60, en los terrenos de la hoy Estación de Bomberos del barrio Restrepo, ofreciendo la tradicional fritanga, el consomé de pollo y el sancocho de gallina, Transformándose en un epicentro para el consumo de estos platos, en el sur de la capital del país.
Junto al conocido “Palacio del Colesterol”, Es de los primeros ejemplos existentes en la capital del país de Tecnificación de la preparación y consumo de platos típicos colombianos, transformando aquellas recetas que no contaban con medidas sanitarias, en uno de los más claros procesos de mejora significativa en la alimentación de los Bogotá.
Al Paso de los años ha pasado diferentes entidades distritales, terminando a inicios del milenio bajo la administración del Instituto para la Economía Social IPES, quien actualmente está en desarrollo de un proyecto para tu transformar este espacio y adaptarlo a las necesidades del consumidor de hoy.
Cuatro vientos se encuentra sobre la carrera 26 con calle 21 Sur en el barrio Restrepo, muy cerca de vías principales, como la avenida 1 de mayo, la carrera 27, y muy cerca de la primera línea del Metro de Bogotá, a estrenarse a inicio del 2028, Por lo que encontrarlo es muy sencillo y podrá disfrutar, sin duda de lo que nuestra gastronomía colombiana tiene para ofrecer.