Hay libros que no solo describen una época, sino que la interpelan. El rugido de nuestro tiempo, el más reciente ensayo del escritor y antropólogo colombiano Carlos Granés, publicado por Taurus en septiembre de 2025, es uno de ellos. En poco más de doscientas páginas, el autor disecciona con precisión quirúrgica las tensiones que dominan el presente: la batalla por los símbolos, el choque entre ideologías, la cultura convertida en campo de guerra.
Granés, conocido por su capacidad para conectar historia, arte y política, parte de una premisa inquietante: vivimos un tiempo en el que las emociones reemplazan los argumentos, y los debates se transforman en trincheras morales. Con lucidez, analiza cómo las batallas culturales han sustituido a los grandes proyectos políticos, y cómo líderes de distintos signos —de Petro a Milei, de Bukele a Boric— encarnan las contradicciones de una era dominada por la teatralidad y la sobreexposición mediática.
El ensayo no se limita a describir la polarización; intenta comprenderla. Granés observa cómo los discursos identitarios, el populismo moral y las redes sociales han creado una nueva forma de militancia: una que exige pertenencia emocional más que coherencia intelectual. Para el autor, el verdadero “rugido” de nuestro tiempo no proviene del poder político, sino del ruido simbólico que lo rodea.
“Hoy la cultura no es un espacio de reflexión, sino un ring de combate”, escribe Granés, en una de las frases que sintetizan su diagnóstico. Desde esa idea, el libro navega por territorios tan diversos como la memoria histórica, las luchas de género, el revisionismo político y la tensión entre el pensamiento decolonial y el panhispanismo. Lo hace con el estilo que lo caracteriza: irónico, documentado y profundamente contemporáneo.
El autor, ganador del Premio Internacional de Ensayo Isabel Polanco y colaborador habitual de medios como El Espectador, ABC y The Objective, vuelve a demostrar que es uno de los pensadores más sólidos del mundo hispano. En El rugido de nuestro tiempo, Granés combina el rigor del antropólogo con la prosa del narrador que entiende que los grandes conflictos de una sociedad no siempre se libran en los parlamentos, sino en la imaginación colectiva.
La obra, que puede leerse como continuación de Delirio americano y Antiutopías, explora el desencanto contemporáneo, ese territorio donde conviven el sarcasmo y la furia. Granés muestra cómo, en nombre del progreso o de la identidad, muchas veces reproducimos las mismas intolerancias que decimos combatir. Y lo hace sin moralismos, pero con una mirada crítica que invita a pensar, no a reaccionar.
El rugido de nuestro tiempo es, en suma, un ensayo urgente. Un espejo incómodo que nos recuerda que la civilización digital ha amplificado las pasiones humanas tanto como las desigualdades. Un libro que no busca dar respuestas, sino abrir las preguntas que todos deberíamos hacernos sobre el presente: ¿qué valores nos unen todavía? ¿Qué queda del diálogo cuando el ruido lo devora todo?
Granés no ofrece un consuelo, pero sí una advertencia: si seguimos rugiendo más que pensando, corremos el riesgo de convertir el futuro en una eco de nuestras propias rabias.