En la mañana de este sábado 27 de septiembre, el Parque de los Novios se convirtió en un colorido lienzo al aire libre. El Museo Aerosolar, una de las obras más esperadas de la Bienal Internacional de Arte y Ciudad BOG25, completó su elevación inaugural, culminando un proceso de cuatro meses de creación colectiva.
Esta majestuosa instalación fue intervenida por más de 600 niñas y niños participantes en procesos formativos de la Escuela de Futuros y de las entidades del Sistema de Distrital de Formación en Arte Cultura y Patrimonio, la asociación de recicladores, el Idipron entre otros, quienes plasmaron en dibujos sus ideas de felicidad y cómo sueñan la Bogotá del futuro en cerca de 5.000 bolsas plásticas recicladas.
El Museo Aerosolar es una propuesta de casi dos décadas de existencia, concebida por el artista argentino Tomás Saraceno. Su obra es reconocida internacionalmente por entrelazar el arte, la ciencia y la sostenibilidad en grandes escenarios como la Bienal de Venecia y el Metropolitan Museum de Nueva York. Saraceno enfoca su práctica artística en imaginar futuros más allá de los combustibles fósiles, a través de la exploración de alternativas ecológicas y poéticas que reconecten profundamente a los seres humanos con el planeta.
Con esta instalación, Bogotá se une a la lista de más de veinte ciudades del mundo que han replicado esta propuesta de arte colectivo. Sin embargo, en la capital colombiana, el proyecto adquiere un sello distintivo e inspirador: la mirada de la infancia. El vuelo, que se convierte en un acto simbólico de esperanza, creatividad y compromiso con un futuro más humano y sostenible, es un recordatorio de que la ciudad puede y debe pensarse desde la imaginación y la ternura de la niñez.
Un acto simbólico de esperanza y creatividad
Esta experiencia se convierte en un manifiesto de creatividad que eleva el sentir de las nuevas generaciones. “Tenemos que superar esa mirada adultocéntrica del mundo y recoger las ideas de los niños, de cómo sueñan una ciudad en la que puedan habitar mientras interactúan con el arte. Eso nos ayuda a potenciar nuestro universo sensible y simbólico, que es el sentido de esta obra. Dejar que esas voces guíen el futuro es un gesto poderoso que nos reconcilia con nuestra identidad y con el destino que deseamos construir”, afirmó Adriana Botero Vélez, subdirectora de Gestión Cultural y Artística de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte.
Esta inmersión en la creación de futuros fue posible gracias al Sistema Distrital de Formación Artística y Cultural - SIDFAC, una alianza que expande la voz de la niñez a través de los programas de formación de entidades como: el Instituto Distrital de las Artes y su Programa Crea; la Orquesta Filarmónica de Bogotá y su programa Vamos a la Filarmónica; el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural a través de Civinautas; y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas.
Tras su acto simbólico de vuelo, este globo gigante, ya desinflado, se exhibirá en el Centro Cívico de la Universidad de los Andes del 3 de octubre al 9 de noviembre, de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 6:00 p.m. En reposo, la obra revelará la magnitud del proceso; cerca de 5.000 bolsas plásticas de un solo uso intervenidas con dibujos, mensajes e ideas de felicidad de la niñez bogotana, plasmados en un enorme lienzo multicolor. El público podrá contemplar de cerca este mapa tangible de sueños, confirmando el poder del arte para imaginar los futuros posibles.