En Colombia, la conversación sobre la pirotecnia toma fuerza cada fin de año entre campañas de prevención, cifras de lesionados y posiciones encontradas sobre su permanencia como tradición. Sin embargo, más allá de los titulares, existe una industria formal que genera empleo, respeta la normatividad y trabaja para que la pirotecnia sea un producto técnico, seguro y responsable. Esa voz la representa la Federación Nacional de Pirotécnicos – FENALPI.
Su presidente, Carlos Andrés Carvajal, se ha convertido en el vocero público del sector, defendiendo el valor cultural y económico de la pólvora, pero al mismo tiempo exigiendo rigor, control y educación. Su mensaje —constante en medios y foros— insiste en separar la producción legal y profesional de la pólvora clandestina y manipulada sin conocimiento, que es la que genera tragedias.
En diálogo con Impacta, Carvajal explica qué está permitido en Colombia, cómo identificar productos y puntos de venta autorizados, y cuál es el llamado para que esta temporada las luces en el cielo no tengan como espejo salas de urgencias.
Director Impacta: Dr. Carvajal, ¿cómo describiría hoy el panorama de la pirotecnia en Colombia y el papel de FENALPI?
Carlos Andrés Carvajal: Hoy el sector vive un momento de transición. Hemos avanzado en formalización, en capacitación y en articulación con entidades como Bomberos, Policía y alcaldías. FENALPI representa a miles de familias cuyo sustento depende de la pirotecnia legal, y nuestro papel es garantizar que el país entienda que no hablamos de pólvora improvisada, sino de una industria que paga impuestos, cumple normas y trabaja con estándares de seguridad. Nuestra misión es defender la tradición desde la legalidad y la responsabilidad.
D.I.: En el país suele haber confusión sobre qué está permitido y qué no. ¿Qué normas debe conocer cualquier ciudadano?
C.A.C.: La base es clara: la venta y uso de pólvora a menores de edad está prohibida por Ley 670. Solo un adulto puede comprar y usar categorías autorizadas y nunca bajo efectos de alcohol. Los espectáculos de mayor potencia —categoría tres— solo pueden ser manejados por personal certificado. Además, cada municipio puede tener decretos adicionales, por eso siempre recomendamos consultar la información oficial de la alcaldía. La norma no busca prohibir la tradición, sino controlarla para que sea segura.
D.I.: Cada diciembre hablan los hospitales. ¿Qué recomendaciones daría para que las familias celebren sin terminar en una sala de urgencias?
C.A.C.: La primera recomendación es simple: si van a usar pirotecnia, que sea legal y comprada en un punto autorizado. Lo informal es lo que explota mal y causa tragedias. Segundo: los niños nunca deben manipular pólvora, ni siquiera bajo supervisión. Tercero: si un artefacto no enciende, jamás se debe intentar prender de nuevo; lo fallido se sumerge en agua y se desecha. Y cuarto: si quieren disfrutar sin riesgo, la alternativa ideal son los espectáculos profesionales certificados, donde el ciudadano es solo espectador.
D.I.: ¿Dónde pueden las personas encontrar puntos o eventos autorizados y cómo reconocer si cumplen la normatividad?
C.A.C.: Un punto autorizado cuenta con registro, aviso visible y vendedor capacitado. El producto siempre tiene rotulado, fabricante y categoría. Si no hay información, no compre. En cuanto a espectáculos, deben tener plan de seguridad, permisos de Bomberos y DCCA, y personal con uniformes y protocolos. En redes oficiales de FENALPI y en alcaldías estamos publicando listados de expendios y shows autorizados. La legalidad no es difícil de identificar: lo ilegal siempre se esconde.
D.I.: Finalmente, ¿cuál es el mensaje central de FENALPI para esta temporada, especialmente pensando en niños, mascotas y comunidades sensibles al ruido?
C.A.C.: Nuestro llamado es a la empatía. Si sabemos que una detonación puede hacer sufrir a una mascota, a un niño neurodivergente o a un adulto mayor, entonces celebremos pensando en ellos. La tradición no debe generar dolor. Por eso invitamos a usar únicamente pirotecnia en manos profesionales, y a cambiar mentalidades: la fiesta es más hermosa cuando todos pueden disfrutarla. Si queremos un diciembre con luces, que sea un diciembre sin lágrimas.
