Los viceministros de Comercio Exterior de América Latina se reunieron en Santiago de Chile con el objetivo de construir una posición común frente a la Decimocuarta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que tendrá lugar en marzo de 2026 en Yaundé, Camerún. El encuentro se desarrolló en un momento de alta tensión en el comercio internacional, marcado por medidas unilaterales, acuerdos bilaterales y un multilateralismo debilitado.
Durante la reunión, los representantes regionales coincidieron en la urgencia de abordar la crisis del sistema multilateral, cada vez más afectado por prácticas que se apartan de las reglas consensuadas. Los viceministros señalaron que la reforma a la OMC debe ser uno de los temas centrales de la agenda ministerial, dada la necesidad de restablecer la confianza en la organización y actualizar sus mecanismos frente a los desafíos actuales del comercio global.
El viceministro de Comercio Exterior de Colombia, Luis Felipe Quintero Suárez, sostuvo que de facto ya se está produciendo una reforma silenciosa en la OMC, impulsada por medidas que no han sido acordadas colectivamente, pero que poco a poco van transformando sus principios. A su juicio, este proceso erosiona la estructura de la organización y obliga a los países a actuar con firmeza en defensa de las reglas que garantizan equidad y previsibilidad.
Quintero enfatizó que la reforma de la OMC debe orientarse hacia un nuevo equilibrio entre equidad, sostenibilidad y desarrollo. Para ello, insistió en la importancia de que la agenda ministerial incluya temas como la gobernanza económica, la transparencia y el fortalecimiento del sistema de solución de diferencias. Colombia, indicó, mantiene una participación activa en foros internacionales como la OMC, la ONU y la OCDE, con el fin de impulsar un multilateralismo renovado y eficaz.
Durante el encuentro, los viceministros expresaron su preocupación por el incremento de medidas unilaterales adoptadas por países desarrollados, muchas de ellas justificadas en argumentos ambientales, sanitarios o de seguridad. Aunque presentadas como acciones legítimas, estas disposiciones terminan actuando como restricciones encubiertas al comercio, afectando de manera especial a las economías emergentes de la región.
Otro de los puntos destacados fue el crecimiento exponencial de subsidios agrícolas e industriales otorgados por las grandes economías. Los representantes señalaron que estas ayudas generan distorsiones profundas en los mercados, afectan la competitividad de los países latinoamericanos y contradicen los principios que la OMC ha buscado preservar durante casi tres décadas. Advirtieron que el tema deberá tratarse con urgencia en la próxima cumbre ministerial.
Los participantes también llamaron la atención sobre la proliferación de acuerdos bilaterales que, al no ser transparentes, podrían generar riesgos para los aliados comerciales. Estas prácticas, afirmaron, van en contravía de la regla de Nación Más Favorecida (NMF), piedra angular del comercio multilateral, y crean escenarios de incertidumbre que afectan la estabilidad de las relaciones internacionales.
El encuentro concluyó con un compromiso regional de avanzar hacia una postura articulada de cara a la Ministerial de 2026. Los viceministros coincidieron en que solo mediante una voz latinoamericana cohesionada será posible incidir en la discusión global sobre la reforma de la OMC y promover un comercio más justo, equilibrado y sostenible para los países de la región. La cita en Chile se consolidó así como un paso clave en el fortalecimiento del multilateralismo económico en América Latina.
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Economía
