“Perdida en el fuego”: la historia que Colombia evitó mirar a los ojos durante 40 años llega gracias a Planeta

En un país donde la memoria suele doler más que el presente, Perdida en el fuego, el nuevo libro del periodista e investigador David Marín García, publicado por Editorial Planeta, llega como una bofetada histórica imposible de esquivar. No es solo otro relato sobre la toma y retoma del Palacio de Justicia en 1985: es la reconstrucción quirúrgica, minuto a minuto, de una de las heridas más profundas y negadas del Estado colombiano. Un libro que combina la precisión de un expediente judicial con la rabia contenida de una crónica humana.


A lo largo de más de 200 páginas, Marín García hunde sus manos en un archivo que parecía condenado al polvo: grabaciones inéditas, testimonios ocultos, informes militares, bitácoras de emergencia, y la voz recuperada de quienes nunca regresaron. El resultado es un relato que no busca impartir una lección moral sino enfrentar al lector con la pregunta incómoda: ¿qué país surge de un edificio en llamas? El autor no absuelve ni condena: expone, ilumina y desentierra.


El libro avanza como una cuenta regresiva. El lector camina entre las decisiones políticas del Gobierno Betancur, el operativo del Ejército, la estrategia del M-19 y los silencios calculados que convirtieron la justicia en ceniza. Marín no describe los hechos: los reconstruye. No narra la tragedia: la restituye. Como en los grandes libros de no ficción —Capote, Leila Guerriero, Alma Guillermoprieto— el escenario se convierte en un personaje con memoria y cicatrices.


Uno de los grandes méritos del libro es su estructura narrativa. No se limita a exponer el horror, sino a diseccionar la cadena de mandos, el extravío de los desaparecidos, la destrucción de pruebas y el pacto tácito del olvido institucional. Cada página revela un engranaje de responsabilidad compartida: la guerrilla que incendió la democracia, el Estado que respondió con fuego desmedido, y la justicia que nunca pudo juzgar a nadie sin quemarse.


Perdida en el fuego no pretende decirnos quién tiene la razón, sino quién perdió la palabra. Los magistrados, las víctimas civiles, los desaparecidos, los soldados que nunca entendieron la orden, los familiares que llevan cuatro décadas buscando a alguien que ya no puede volver. El libro enfoca lo que siempre se ha dicho de forma fragmentada: que el Palacio de Justicia no fue solo un episodio militar, sino un punto de quiebre moral.


David Marín García, con formación periodística y pulso literario, evita el tono panfletario y apuesta por la reconstrucción documental. Su trabajo no romantiza al M-19 ni exonera al Ejército: exhibe los hechos como un tribunal sin estrado. La fuerza del libro no está en el escándalo, sino en la precisión. En las líneas donde la historia deja de ser noticia y se convierte en espejo. “Lo que se quemó no fue solo un edificio —escribe—, sino el último intento de creer que la verdad siempre llega a tiempo”.


A diferencia de otros libros sobre el tema, aquí no hay capítulos destinados a la épica o al morbo. Lo que hay es memoria organizada, una figura casi revolucionaria en un país que sufre amnesia selectiva. Marín García no escribe para los nostálgicos del pasado, sino para una generación que solo conoce el Palacio por fotos borrosas y frases simplificadas. Su libro es un acto de pedagogía radical: obliga a recordar lo que otros prefirieron nunca saber.


Planeta publica Perdida en el fuego en un momento donde Colombia discute acuerdos de paz, comisiones de verdad y nuevas violencias. Pero el libro deja claro algo: ningún proceso de reconciliación es posible sin narrar con exactitud los crímenes que nos fundaron. La justicia no se decreta: se explica. La historia no se sana: se entiende. Este libro es un bisturí que no pide permiso.


Perdida en el fuego no cierra la herida del Palacio. Tampoco lo intenta. Lo que hace es impedir que sigamos caminando sobre ella con indiferencia. Es un libro incómodo, necesario y doliente. Un documento que nos recuerda que un país puede sobrevivir a muchos incendios, pero nunca a la certeza de que no aprendió nada de ellos.


Sobre el autor. David Marín


David Marín García nació en Bogotá, Colombia (1979). Tuvo formación como antropólogo y ha sido documentalista y fotógrafo de viajes, arquitectura, editorial y de producto, planner estratégico, creativo, investigador de marca y de mercados.  Es responsable de la investigación, la producción y la presentación del podcast Arcanos y Reyes (2020) que antecede y sustenta este libro. 

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