Ondas: el festival que trae a Colombia la nueva era de la música en vivo

 


En los últimos años, la experiencia de la música en vivo ha comenzado a transformarse a nivel global. El modelo de los megaeventos multitudinarios, con decenas de artistas en un solo fin de semana, empieza a ceder espacio a formatos más pequeños, curados y sostenibles. Se trata de una tendencia que privilegia la cercanía sobre la escala, y la calidad sensorial sobre la saturación. Según el Music Festival Global Market Report (2025), el mercado de festivales alcanzó un valor estimado de US$ 2,57 mil millones en 2024, pero con un viraje claro: el público joven exige sentido, narrativa y comunidad.


El informe TRNDS 2024 también advierte que las experiencias a pequeña escala y las noches temáticas son ahora elementos decisivos en la elección de un festival. Este cambio cultural ya se evidencia en modelos consolidados alrededor del mundo. Londres, por ejemplo, encontró en All Points East un formato escalonado que combina fines de semana y shows independientes, superando los 200.000 asistentes por edición. En México, apuestas como NRMAL y Bahidorá demostraron que los eventos de mediana escala pueden ser rentables, distintivos y profundamente significativos.


En esos casos, la clave ha sido conectar con audiencias más exigentes, interesadas en propuestas que se apoyan en entornos naturales o urbanos intervenidos, donde la atmósfera íntima transforma la relación con la música. Felipe Jaramillo, director de Last Tour America SAS, explica que esta evolución representa una demanda creciente: “El público actual quiere más que un gran escenario: busca experiencias con sentido, espacios cómodos, programación curada y una historia que vivir”. Para él, el formato de festival de ciclo está alineado con esa búsqueda global.


Con ese espíritu surge Ondas, el primer festival de ciclo que se realizará en Colombia. El proyecto, diseñado por Last Tour América, se llevará a cabo del 13 al 21 de febrero de 2026 en el Parque Simón Bolívar de Bogotá. A diferencia de los festivales tradicionales, Ondas tendrá varias noches independientes, cada una dedicada a un artista o a una dupla que comparte identidad musical. Las boletas se venderán por función, permitiendo al público elegir qué experiencia vivir y cuándo hacerlo.


El cartel reúne una mezcla de generaciones y estilos: el 13 de febrero se presentarán Ivy Queen y Villano Antillano; el 14, The Cardigans; el 15, Encanto en concierto; el 19, Arde Bogotá junto a Silvestre y La Naranja; el 20, Justin Quiles y Ovy on the Drums; y el 21, Jerry Rivera. Esta diversidad responde a la intención de conectar públicos distintos bajo una misma premisa: vivir la música en un formato más íntimo y memorable. Cada fecha será, en esencia, una función independiente dentro de un mismo festival.


El corazón del proyecto es su formato espacial: un teatro efímero al aire libre. Esta estructura temporal recrea la disposición de un teatro tradicional, con graderías numeradas, plateas con sillas y un escenario diseñado para privilegiar la visibilidad y la acústica. Para algunos conciertos —como The Cardigans y Encanto— la platea será completamente sentada, mientras que en otros, de energía más alta, se habilitará platea de pie y graderías con sillas. Para Jerry Rivera, además, se incluirán palcos en platea, pensados especialmente para el público salsero.


“ No queremos competir por volumen, sino por intensidad”, explica Jaramillo. “El teatro efímero nos permite ofrecer una experiencia más humana y sostenible, donde el público pueda disfrutar la música con comodidad y atención al detalle. Es una forma de recuperar la magia del directo con el rigor y la estética de un teatro”. Esta visión reafirma un cambio en el que los detalles y la cercanía valen más que la masividad o el ruido de las grandes mareas de público.


Con esta apuesta, Ondas se inserta en una tendencia global que redefine el concepto de festival: ya no se trata únicamente de reunir multitudes, sino de construir espacios de conexión, diversidad y disfrute consciente. La experiencia se orienta al encuentro, al cuidado del entorno y al protagonismo artístico, elementos que el público contemporáneo valora cada vez más. Esta curaduría sensible y la escala controlada buscan generar impacto emocional y cultural de largo aliento.


El desafío ahora será demostrar que Colombia también está lista para un modelo distinto, en el que la música se viva con menos ruido y más frecuencia. Ondas llega para probar que los festivales pueden ser íntimos sin dejar de ser potentes, y que la experiencia musical —cuando está bien diseñada— puede transformar la forma en que nos relacionamos con la ciudad, con los artistas y con nosotros mismos.

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