Honda se consolida como la primera feria del libro feminista del pais

 

Honda, Tolima, demuestra que la cultura también puede nacer lejos de las capitales. Con la realización de la cuarta edición de La Plaza del Libro se ratificó como la única feria del libro con enfoque feminista de Colombia, un encuentro que mezcla literatura, música, memoria territorial y pensamiento crítico con perspectiva de género. En apenas tres años, la feria pasó de ser un experimento local a convertirse en referencia nacional.

La apuesta curatorial no es casual: su directora, la periodista cultural Erika Montoya, diseñó el evento como un espacio donde los libros no solo se leen, sino que dialogan con el cuerpo, la ciudad y la historia. Bajo el lema “¡Somos cuerpo, somos palabra, somos música!”, la edición de 2025 cruzó literatura y escena sonora para demostrar que el feminismo también se baila, se canta y se cuenta desde el río Magdalena.

Durante los dos días de programación, Honda recibió a escritoras, editoras, artistas y activistas de distintas regiones, junto a sellos independientes, librerías alternas, proyectos comunitarios y colectivos de lectura. Conversatorios, lanzamientos, recitales, cine al aire libre y música en vivo hicieron parte de una agenda que ocupó plazas, casonas republicanas y el histórico muelle fluvial. Una de las apuestas centrales fue la visibilización de autoras latinoamericanas. 

Por la feria pasaron voces como Margarita Rosa de Francisco, Florence Thomas, Mariana Matija y Elizabeth Castillo, sumadas a editoriales lideradas por mujeres que hoy reescriben el mapa del libro en español. “Esta feria existe para que la literatura deje de hablar solo desde el centro del poder”, afirmó Montoya durante la inauguración.

El evento también integró una zona de mercado cultural con más de 100 iniciativas creativas de libros, artes gráficas, ilustración, diseño sostenible y proyectos de memoria. Allí circularon novedades editoriales, reediciones de autoras olvidadas y publicaciones artesanales impresas en risografía, serigrafía o cartonera, reafirmando la feria como punto de encuentro entre lo rural, lo comunitario y lo independiente.

La programación incluyó homenajes, entre ellos el reconocimiento a Albalucía Ángel, una de las grandes narradoras colombianas del siglo XX, y la proyección de “ríos de mujeres”, un ciclo audiovisual sobre memoria feminista en territorios ribereños. También hubo escena juvenil con talleres de fanzine, poesía urbana, rap y creación para nuevas lectoras y lectores.

Además de su dimensión cultural, la feria ha generado impacto territorial. Desde 2022, ha fortalecido el turismo cultural en Honda, articulado procesos con la Red de Ferias del Libro de Colombia y vinculado aliados como el Banco de la República, bibliotecas públicas, universidades y organizaciones de base femenina del Magdalena Centro. Hoy es, según prensa cultural, el modelo más sólido de feria feminista descentralizada en Latinoamérica.

Más allá de los libros, La Plaza del Libro dejó un mensaje político y emotivo: la cultura no es un lujo de las capitales, sino un derecho que también se escribe desde los ríos, los puentes y las plazas coloniales. Su próxima edición ya está en diseño, con la promesa de seguir tejiendo una agenda donde la palabra tenga cuerpo, territorio y memoria. 

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