El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, liderado por Irene Vélez Torres, presentó un comunicado en el que explicó la posición del país durante la COP30 frente al debate internacional sobre los combustibles fósiles. Según la cartera, Colombia objetó la decisión del Programa Global de Mitigación al considerar que ignora la evidencia científica y desconoce el consenso alcanzado previamente en Dubái. La postura oficial subraya que la crisis climática exige discusiones transparentes, rigurosas y alineadas con la ciencia más actualizada.
En el comunicado, el Ministerio enfatizó que Colombia actuó con responsabilidad y constructividad, buscando defender la verdad científica sin pretender bloquear avances multilaterales. La transición energética, afirmaron, no es una opción sino un mandato científico que debe realizarse de manera justa y ordenada. La posición colombiana incluye la participación activa de pueblos indígenas, afrodescendientes, campesinos y comunidades locales como actores clave en la toma de decisiones climáticas.
Durante la COP30, el país llegó con un objetivo claro: asegurar que el acuerdo final reconociera de manera explícita que los combustibles fósiles son la principal causa de la crisis climática. El Ministerio recordó que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) ha señalado que más del 75 % de las emisiones globales de CO₂ provienen del uso de estos combustibles. Sin ese reconocimiento, advirtió Colombia, las metas del Acuerdo de París no pueden cumplirse ni mantenerse vivo el límite de 1,5 °C.
Desde el inicio de las negociaciones, Colombia insistió en que el texto del programa incluyera una hoja de ruta —una rota do caminho— hacia una transición justa, equitativa y ordenada para eliminar progresivamente los combustibles fósiles. Esta solicitud se hizo en coherencia con el consenso logrado en Dubái y basada en la mejor ciencia disponible. Sin embargo, a pesar de la intervención formal del país en la plenaria de cierre, no se permitió abrir un debate sobre esta propuesta ni incluirla en la decisión final.
Ante esta omisión procedimental, Colombia presentó una objeción a la decisión adoptada. El Gobierno señaló que no puede respaldar resultados que evadan la discusión más urgente del momento: la reducción de emisiones y la superación de la dependencia global de los combustibles fósiles. El Ministerio reiteró que estas posiciones no buscan confrontar, sino salvaguardar la coherencia científica y garantizar mecanismos de implementación justa para todos los países involucrados.
El comunicado también destaca que, aunque la COP30 no permitió avanzar en esta dirección, Colombia mantiene firme su compromiso con una transición energética real. En este sentido, anunció la realización de la Primera Conferencia Internacional para la Eliminación Progresiva de los Combustibles Fósiles, programada para el 28 y 29 de abril de 2026 en Santa Marta. Este será un espacio incluyente, respaldado por evidencia científica y orientado a diseñar rutas de acción concretas.
La conferencia contará con la participación de ciudades, países, científicos, pueblos indígenas, organizaciones sociales y distintos actores del ecosistema climático. El objetivo es construir hojas de ruta claras, justas y realizables para avanzar en la eliminación progresiva de los combustibles fósiles. Según el Ministerio, este será el legado de Colombia: convertir la palabra en acción, enfrentar su propia dependencia y avanzar junto a los países dispuestos a dar este paso responsable.
Finalmente, Colombia saludó el anuncio de la Presidencia de la COP30 sobre la elaboración de hojas de ruta globales para enfrentar la deforestación y acelerar la transición energética. El país acompañará este proceso con ambición, coherencia y colaboración, reafirmando su compromiso con decisiones alineadas con la ciencia, con las comunidades y con la urgencia histórica del cambio climático. Con ello, reiteró su intención de liderar debates internacionales que busquen soluciones reales y sostenibles.
