Auge del diseño minimalista en Colombia: hogares que apuestan por la calma y la funcionalidad

 


En Colombia, el diseño interior se está convirtiendo en un motor de transformación estética y emocional, impulsado por el crecimiento del consumo y la búsqueda de bienestar en el hogar. Según cifras del DANE, en el segundo trimestre de 2025 el PIB nacional creció un 2,1%, impulsado principalmente por el gasto de los hogares, que aumentó un 3,8%. Este dinamismo ha beneficiado sectores como el de muebles y electrodomésticos, cuya disposición de compra alcanzó el 8, % en julio de este año, un incremento de 20 puntos porcentuales frente al mismo periodo de 2024, de acuerdo con Fedesarrollo.


La tendencia se refuerza con la proyección de más de 270 millones de electrodomésticos producidos en Colombia al cierre de 2025, según Euromonitor Internacional, y con el auge del mercado de muebles, que alcanzará un valor estimado de 6,95 mil millones de dólares en 2032, según el informe de Imarc Group. Este crecimiento demuestra que el diseño ya no se percibe solo como una cuestión estética, sino como un reflejo del bienestar, la funcionalidad y la sostenibilidad. “Los hogares colombianos buscan espacios que respiren calma, pero también que respondan a una vida más dinámica. El diseño minimalista logra ese equilibrio entre belleza y funcionalidad, convirtiéndose en un lenguaje de bienestar”, resalta Elena González, profesora de diseño de espacios en ESDESIGN.


El diseño minimalista, inspirado en la filosofía de Mies van der Rohe “menos es más”, se define hoy por su capacidad de conectar con las emociones a través de la sencillez. Las líneas limpias, las paletas neutras y los materiales naturales crean ambientes que promueven el descanso y la concentración. Un estudio de la Universidad de Exeter (Reino Unido) halló que los empleados que trabajan en oficinas bien diseñadas pueden ser hasta un 15% más productivos, confirmando que la calidad del espacio incide directamente en la mente y el rendimiento, Este enfoque no solo se observa en la arquitectura o el interiorismo, sino también en la moda y en la forma en la que las marcas construyen su narrativa visual, menos ornamentación y más sentido, menos tendencia y más permanencia. “Cuando reducimos lo superficial, aparece lo esencial. Y lo esencial siempre emociona”, afirma Ana Torres.


El auge de los muebles multifuncionales también refuerza esta evolución del diseño. Según Global Market Insights, el mercado global de mobiliario modular alcanzó los 15,9 mil millones de dólares en 2024 y crecerá a una tasa anual del 4,9% hasta 2034, impulsado por la demanda de soluciones que optimicen espacios pequeños sin perder confort ni elegancia. Esta tendencia se refleja con fuerza en los hogares urbanos colombianos, donde la practicidad y el diseño se entrelazan.


Además, el minimalismo ha demostrado su impacto económico. Una encuesta de Hammonds Furniture reveló que los hogares con interiorismo minimalista pueden incrementar su valor entre un 5% y un 10%, y que un 12% de los jóvenes entre 18 y 24 años estaría dispuesto a pagar hasta 10.000 libras adicionales por viviendas con este tipo de diseño. Esto confirma que el minimalismo no solo genera bienestar, sino también valor tangible en el mercado inmobiliario.


Hoy, el minimalismo se redefine como una respuesta consciente a la saturación visual y al ritmo acelerado de la vida urbana. Espacios amplios, materiales sostenibles y una iluminación cuidadosamente pensada forman parte de una estética que invita a la calma y al equilibrio. Como concluye González, “el minimalismo no es una tendencia pasajera, sino una forma de vivir el diseño desde la serenidad, la funcionalidad y el respeto por el entorno”.


Los interiores minimalistas actuales se caracterizan por colores neutros y contrastes suaves, líneas limpias y orden visual, muebles modulares y sostenibles, texturas naturales y artesanía local. Se integran con el entorno mediante grandes ventanales y vegetación interior, apostando por una iluminación cálida y natural que transforma cada rincón en una experiencia.


En definitiva, el minimalismo no busca llenar espacios, sino darles sentido. Es una forma de diseño que invita a respirar, observar y conectar con lo esencial, creando hogares que no solo se habitan, sino que se sienten.

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