El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este 31 de octubre la resolución que extiende por un año más, hasta el 31 de octubre de 2026, el mandato de la Misión de Verificación en Colombia. La decisión confirma el respaldo de la comunidad internacional al proceso de implementación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el Estado colombiano y las antiguas FARC-EP.
La resolución mantiene como ejes centrales de monitoreo tres áreas consideradas estratégicas para la estabilidad del país: la reforma rural integral, la reincorporación de los excombatientes y las garantías de seguridad para las comunidades y los firmantes del acuerdo. Según la ONU, estos pilares son esenciales para evitar retrocesos en los territorios más afectados por la violencia y las economías ilegales.
Colombia insistió ante el Consejo en la importancia de incluir en el nuevo mandato dos componentes que considera fundamentales: la justicia transicional y el capítulo étnico. Aunque estos puntos no quedaron incorporados en el texto final, el Gobierno subrayó que su aplicación no depende de la resolución, sino de obligaciones que el Estado asumió de manera permanente desde 2016.
La Misión de Verificación de la ONU, presente en Colombia desde 2017, ha sido clave en el acompañamiento a los excombatientes en proceso de reincorporación, la articulación con autoridades locales y la generación de confianza entre comunidades en riesgo. Su trabajo territorial ha permitido, además, emitir alertas tempranas y fortalecer la coordinación con la institucionalidad nacional.
Desde Nueva York, la Cancillería colombiana reiteró que el país mantiene un “compromiso irrestricto” con la implementación integral del Acuerdo de Paz, y destacó que el respaldo del Consejo confirma que Colombia sigue siendo un referente global en la construcción de procesos de justicia transicional y reconciliación.
El nuevo periodo de la Misión llega en un momento en el que persisten desafíos como la reconfiguración de grupos armados, el asesinato de líderes sociales y la disputa por economías ilícitas en zonas rurales. Para la ONU, la garantía de seguridad en los territorios será el punto crítico para que la paz “no sea solo un texto firmado, sino una realidad vivida”.
Con la prórroga aprobada, la Misión acompañará al país en un tramo clave del calendario político y social colombiano. La mirada internacional seguirá puesta en el cumplimiento de lo pactado, mientras Colombia asume el reto de demostrar que la paz es una tarea de largo aliento y no una promesa interrumpida.
