La vida cambia y con ella también cambian nuestras costumbres. Lo mismo ocurre con la cerveza: sus momentos de consumo ya no se limitan a lo tradicional, sino que se adaptan a nuevas formas de disfrutar. Hoy, desde la mesa hasta el cierre de la jornada laboral o los encuentros cotidianos, surgen instantes únicos que convierten a la cerveza en un símbolo de conexión y celebración.
Para los colombianos, la mesa también se convierte en un ritual, pues más del 60 % del consumo en gastrobares ocurre acompañado de alimentos, según Asobares. Ese dato confirma que la cerveza es parte esencial de la gastronomía y encuentra en la sobremesa el escenario ideal para prolongar las conversaciones y celebrar la vida.
En Colombia, el consumo de cerveza en casa ha crecido un 7 % frente al año anterior y hoy en promedio ocurre 1,6 veces por semana, de acuerdo con un estudio de Worldpanel, firma global de análisis de datos. Ese aumento confirma que, después de la jornada laboral, cada vez más personas encuentran en la cerveza la manera ideal de cerrar el día y darle un sabor diferente al momento de desconexión.
En Colombia la cerveza une, de acuerdo con Fedesarrollo más del 55 % del consumo ocurre entre amigos o familiares. Esa preferencia reafirma que la esencia de la cerveza está en compartir, en ser parte de una comunidad que encuentra en lo cotidiano un motivo de celebración.
En un mundo donde la inteligencia artificial organiza reuniones, resume documentos y predice tendencias, hay algo que nunca podrá imitar: el sabor de un instante compartido. Las experiencias que nacen alrededor de una cerveza —reír con amigos, brindar por un logro o prolongar una sobremesa— son irrepetibles porque están hechas de emociones humanas.
Con la campaña “Ser diferente nunca supo tan bien”, 3 Cordilleras recuerda que lo que realmente nos distingue no está en los algoritmos, sino en la capacidad de sentir, elegir y disfrutar los matices de la vida. Detrás de cada botella hay una historia hecha con manos expertas: la del maestro cervecero que, con conocimiento, intuición y respeto por los procesos naturales, transforma ingredientes simples en una experiencia llena de carácter.
En la cervecería, el maestro cervecero es quien da vida a la receta. Cuida cada detalle —la selección del grano, la temperatura del hervor, el tiempo de fermentación— con una precisión que sólo quien ama lo que hace puede tener. Esa conexión entre la receta, la técnica y la emoción es lo que da vida a cada cerveza 3 Cordilleras y la convierte en una invitación a saborear lo auténtico.
"La vida no es blanco o negro, está llena de matices. Y en cada uno de esos matices la mesa, el cierre de la jornada o la comunidad siempre hay un momento único que se disfruta mejor con una cerveza." comentó Juanchi Vélez, fundador y abad cervecero de 3 Cordilleras.
La vida cambia y eso cambia a las personas, pero una cerveza hace único cada uno de los momentos de la vida. Desde la gastronomía hasta la cultura y la comunidad, lo diferente se convierte en motivo de celebración.