Erika Takagi: la ingeniera que trajo el alma de Japón a Bogotá a través de la cocina

En el corazón de Chapinero, Bogotá, una chef de raíces japonesas y espíritu caribeño ha logrado conquistar a los capitalinos con una propuesta única. Erika Takagi Shirai, nacida en Venezuela y formada entre la tradición nipona de su familia y la calidez latinoamericana, es hoy una de las voces más auténticas de la gastronomía japonesa en Colombia. Su restaurante, Donburi by Shirai, se ha convertido en un pequeño santuario del sabor, donde la técnica oriental y los ingredientes locales se encuentran en perfecta armonía.

Aunque su vida profesional comenzó lejos de las cocinas —como ingeniera electrónica—, Erika Takagi nunca se alejó del arte culinario. Desde niña observaba a su madre preparar platos tradicionales como el ramen o el donburi, una experiencia que años más tarde la inspiraría a viajar a Japón para profundizar en la técnica de caldos, salsas y cortes. “La cocina japonesa no es solo sushi, es el amor por lo cotidiano, por el plato de todos los días”, ha explicado en varias entrevistas.

Fue esa visión —la de mostrar la Japón doméstico y emocional— la que dio origen a Donburi by Shirai, fundado junto a su socia y amiga Maureen Vera. En su acogedor local, ubicado en el barrio Chapinero, se sirven platos tradicionales japoneses como el tan tan men (ramen de pollo cremoso), katsu don (cerdo apanado con arroz y huevo) y las gyozas de shiitake, pero con un sello propio: la mezcla de ingredientes colombianos que le aportan carácter y cercanía a cada receta.

Erika Takagi explica que su misión es derribar estereotipos sobre la cocina japonesa. “No todos los días se come sushi”, dice entre risas. “Lo que busco es que la gente entienda la sencillez, la calidez y la espiritualidad de nuestra comida casera, que en Japón es símbolo de familia y gratitud”. En su restaurante no hay ostentación ni artificio: los platos llegan humeantes, en vajillas tradicionales, acompañados de té o sake artesanal, y un ambiente que transporta al comensal a las casas de Kyoto o Tokio.

El éxito de Donburi by Shirai no ha pasado desapercibido. En pocos años ha sido reseñado por medios como Revista DinersCaracol Radio y Portafolio, que lo destacan como un espacio donde la autenticidad supera la tendencia. Críticos gastronómicos coinciden en que el restaurante logra un equilibrio admirable entre precisión japonesa y calidez bogotana, gracias al trabajo detallista de su chef.

Además del menú, Takagi ha impulsado un enfoque cultural y educativo en torno a la comida. Ha ofrecido talleres sobre cocina japonesa casera, promovido la inclusión de ingredientes locales —como la remolacha, el ají dulce o la panela— en recetas orientales, y generado un movimiento de nuevos cocineros que ven en la fusión un camino de identidad. “La gastronomía también es memoria. Cocinar es contar quiénes somos”, asegura.

Hoy, Erika Takagi no solo lidera uno de los restaurantes más recomendados por los foodies capitalinos, sino que también representa la nueva generación de chefs latinoasiáticos que rompen fronteras culturales desde la cocina. Su donburi, servido en tazones profundos de arroz con proteínas y salsas, resume la filosofía de su vida: equilibrio, respeto y pasión.

Visitar Donburi by Shirai es mucho más que probar un plato japonés. Es vivir un encuentro entre dos mundos, donde la disciplina nipona se funde con la alegría colombiana. Un espacio donde cada receta guarda una historia y cada bocado rinde homenaje a una mujer que cambió los circuitos por los cuchillos para construir un puente de sabor entre Japón y Bogotá.

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