Del 8 al 22 de noviembre, el Teatro Petra será escenario de Tania y la Bestia, la más reciente creación de la compañía La Casa de Atrás, escrita y dirigida por Ricardo y Nicolás Dávila, con la actuación estelar de Daniela Cristo. La obra, que mezcla el thriller psicológico, la comedia negra y la ucronía política, invita al público a un viaje íntimo por la mente de una mujer enfrentada a su propia noción de justicia. Desde una premisa provocadora —Colombia aprueba la pena de muerte—, el montaje explora las zonas más oscuras del poder y la moral colectiva.
En esta versión alterna de la historia nacional, la senadora Tania Cuervo consigue llevar al asesino serial Luis Alfredo Garavito, “La Bestia”, a la silla eléctrica. El suceso la eleva al rango de heroína y la proyecta como futura presidenta de la República. Sin embargo, cuando descubre que su propio hijo ha cometido un crimen, la narrativa se voltea: la mujer que defendía el castigo extremo debe ahora decidir entre su carrera, su familia y su conciencia. Así, la pregunta que impulsa la obra se hace inevitable: ¿a quién pondrías tú en la silla eléctrica?
El texto de los Dávila se inscribe en la tradición del teatro político contemporáneo, pero con una mirada íntima. En lugar de discursos, plantea dilemas. La ucronía, esa reescritura ficticia del pasado, le permite al espectador observar un país distinto, pero inquietantemente familiar. ¿Qué tipo de sociedad seríamos si la venganza se confundiera con justicia? La obra confronta al público con la moral mediática y con la emoción del castigo público como espectáculo.
La interpretación de Daniela Cristo es el eje central del montaje. Egresada del Royal School of Speech and Drama de Londres, la actriz asume un one woman show en el que encarna no solo a Tania, sino también a los personajes que habitan su memoria: su hijo, su madre, periodistas, abogados e incluso al propio Garavito. Cada voz, cada gesto, cada respiración crean un mosaico psicológico de culpa, poder y delirio. Cristo despliega una técnica impecable que equilibra la ironía con la tragedia y mantiene la tensión en escena de principio a fin.
La estructura del montaje alterna presente y pasado en una narrativa de piezas rotas, como un expediente policial que el público debe reconstruir. Tania y la Bestia se mueve entre la intimidad del testimonio y la espectacularidad del juicio mediático, utilizando recursos de la música popular y la nostalgia de los años 2000 —desde La Oreja de Van Gogh hasta Blink-182— para humanizar a su protagonista y ofrecer respiros de humor en medio del abismo.
Con esta obra, Ricardo y Nicolás Dávila consolidan su línea de exploración del thriller en el teatro colombiano, pero la desplazan hacia un terreno emocional. Más que buscar a un culpable, los directores indagan en la mente de quien debe decidir entre la verdad y la supervivencia política. Su propuesta es precisa, rítmica y visualmente potente: cada elemento escénico —luces, sonido, movimiento— refuerza la atmósfera de vértigo moral que envuelve a la protagonista.
El equipo creativo incluye la asistencia de María Paula Rodríguez, el diseño de producción de Pablo Restrepo, la iluminación de Nicolás Negret y Sebastián Espejo, el vestuario de Lina Buitrago y la música original de Danilo Carrillo y Esteban Colmenares, producida por Art3Facto. La fotografía y video son de Teo Soto, el diseño gráfico de Juanita González (Vestigio) y la escenografía de Sebastián Espejo, conformando un universo visual tan inquietante como preciso.
Tania y la Bestia se presentará del 8 al 22 de noviembre en el Teatro Petra (Carrera 15 BIS #39-39), con funciones jueves y viernes a las 8:00 p.m. y sábados a las 6:00 p.m. Las entradas están disponibles en TuBoleta.com con valores de $50.000 general y $42.000 para estudiantes. Una puesta en escena que no solo interpela al espectador, sino que lo deja frente al espejo más incómodo: el de su propia idea de justicia.
