La facturación electrónica es hoy una realidad consolidada en Colombia. De acuerdo con cifras oficiales de la DIAN, a agosto de 2025 ya son más de 15.566 contribuyentes habilitados para emitir factura electrónica, con un promedio de 10 millones de facturas generadas cada día. Este hito no solo responde a una exigencia normativa, sino que está redefiniendo la manera en que las empresas, desde grandes corporaciones hasta pequeños negocios, gestionan sus procesos financieros.
"La facturación electrónica no debería verse como una carga, sino como una oportunidad. Permite a los negocios ser más eficientes, transparentes y confiables ante sus clientes y aliados", afirma Caren Contreras, gerente de marca y experiencia de Facturatech.
En los últimos años, la digitalización de los procesos tributarios ha pasado de ser una opción a convertirse en un pilar estratégico. La DIAN ha reforzado la fiscalización en 2025, lo que hace cada vez más importante para los empresarios contar con herramientas que aseguren cumplimiento y les permitan responder con agilidad a los cambios regulatorios.
Cada plataforma de facturación electrónica tiene ventajas que la pueden hacer única y quizá más competitiva a la luz de cada sector económico. Facturatech por ejemplo a la hora de ofrecer sus paquetes de facturación electrónica prepago, ofrece algunas ventajas que la hacen ideal para pequeñas empresas y emprendedores.
Entre los beneficios que explican la rápida adopción del sistema destacan:
- Interfaz intuitiva: pensada para emprendedores sin conocimientos técnicos, lo que facilita la implementación en negocios de cualquier tamaño.
- Cobertura amplia: permite la emisión de facturas, notas crédito y documentos equivalentes, lo que garantiza una gestión integral.
- Cumplimiento garantizado: cada documento cumple con los estándares de la DIAN, lo que asegura su validez legal y evita sanciones.
- Escalabilidad: la solución crece con el negocio, sin necesidad de migraciones complejas o costosos ajustes tecnológicos.
Los negocios que aún no han migrado se enfrentan no solo al riesgo de incumplir la ley recibir sanciones que van desde multas de carácteres económico, hasta el cierre del establecimiento, así como también a la pérdida de competitividad en un mercado cada vez más digitalizado que exige la emisión de una factura electrónica. En este sentido, más que una obligación, la facturación electrónica se perfila como un recurso estratégico para el crecimiento.