De acuerdo con los estudios de opinión más recientes, tanto el candidato republicano, Donald Trump, como la candidata demócrata, Kamala Harris, están en un empate técnico.
El promedio de encuestas, indica que el apoyo a la candidata Harris se encuentra en torno a 48%, mientras que hacia el candidato Trump se encuentra en un 46%.
Cabe aclarar y resaltar que las encuestas hacen referencia a la intención de voto de los ciudadanos, pero en Estados Unidos el voto popular no define quién es el presidente, el presidente o la presidenta no se escoge a través de votación directa sino por medio de Colegios Electorales, y solo quien llegue al número mágico de 270 votos electorales será el ganador.
Recordemos que en 2016 la candidata demócrata Hillary Clinton obtuvo casi 3.000.000 de votos más que Donald Trump, pero perdió los comicios.
En Estados Unidos el presidente es escogido a través de un mecanismo de elección de segundo grado por llamarlo de alguna manera, gracias al cual más importante que ganar en la cuenta total de votos ciudadanos hay que ganar en un número suficiente de estados que permita obtener la mayoría de los votos en el llamado colegio electoral.
Esto quiere decir que a cada estado de EE.UU. se le asigna un número determinado de votos electorales, el cual se calcula de acuerdo con el tamaño de su población. Un ejemplo es: California cuenta con 54 votos electorales por ser el estado más poblado, mientras que estados como Dakota del Norte o Vermont cuentan con solamente 3 votos electorales cada uno, por ser los estados más pequeños.
La mayoría de los estados y el Distrito de Columbia otorgan todos sus votos al candidato que obtiene allí la mayoría de votos. Solo hay dos excepciones que son Maine y Nebraska, en donde los votos se distribuyen de forma proporcional.
En total, hay 538 votos electorales a repartir por lo que para que un candidato resulte electo presidente tiene que obtener 270 votos.
En 43 de los estados se sabe perfectamente cómo van a votar porque son estados republicanos o demócratas.
Basándonos en ese patrón de votación, que según las encuestas se prevé que se mantenga para estas elecciones de 2024, todo indica que los demócratas cuentan con 21 estados que suman unos 230 votos del colegio electoral, mientras que los republicanos cuentan con 23 estados que suman 215 votos.
Siendo así, la carrera por la Casa Blanca terminaría decidiéndose en siete estados, conocidos como péndulos o bisagras porque suelen cambiar su apoyo de un partido al otro. Estos siete estados que en su conjunto representan 93 votos electorales: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. Terminarían decidiendo el Presidente.
El que gane la mayoría de los 93 votos electorales en esos siete estados clave será quien gobierne los Estados Unidos.
Una competencia muy cerrada.
De acuerdo con el promedio de encuestas la competencia está muy reñida también en estos siete estados, con diferencias de apenas entre 1 y 2 puntos porcentuales.
Trump aparece adelante en Carolina del Norte, Georgia y Arizona, mientras que Harris lidera en Pensilvania, Nevada, Wisconsin y Michigan.
Pero esas diferencias son demasiado pequeñas como para ser significativas.
La contienda está prácticamente empatada en esos siete estados en disputa y es muy difícil decir en este momento qué candidato obtendrá la mayoría de esos 93 votos electorales.
Entre el “cinturón del sol” y el “cinturón del óxido”
Cuatro de los estados en disputa se ubican en el llamado cinturón del sol: Arizona, Nevada, Carolina del Norte y Georgia. Los otros tres forman parte del conocido como “cinturón del óxido”: Wisconsin, Michigan y Pensilvania.
Arizona representa 11 votos electorales, en ese estado Trump tiene la ventaja por un punto porcentual sobre Harris.
Tengamos en cuenta que en 2020, Biden ganó en Arizona por una diferencia de al menos 10.000 votos ciudadanos, a pesar que en las últimas décadas ha sido un estado republicano.
Arizona
En Arizona hay un porcentaje importante de votantes hispanos y comparte una frontera de centenares de kilómetros con México, por lo que es uno de los lugares donde el tema migratorio ha tenido preponderancia y ha generado malestar entre los ciudadanos estadounidenses.
El asunto migratorio es una de las armas potentes que tiene Trump en contra de Harris, toda vez que durante el gobierno de Biden y Harris ha crecido el número de personas que llega a la frontera de manera ilegal.
En Arizona también ha habido una fuerte polémica por el tema del aborto, debido al intento fallido de la legislatura estatal de control republicano para instaurar una prohibición del aborto casi total.
La defensa del derecho al aborto es un asunto que motiva a ir a las urnas a los votantes demócratas, por lo que favorece a Harris.
Nevada
En 2020 ventaja de 34.000 votos populares le permitió a Joe Biden llevarse los 6 votos que tiene el colegio electoral de Nevada.
Antes del retiro de la candidatura de Biden a la reelección, Trump tenía una gran ventaja, pero las cosas han cambiado con Harris, quien tiene ahora una ventaja de un punto porcentual.
Con una porción importante de electores hispanos, la recuperación de la economía postcovid ha sido más lenta en este estado que tiene actualmente la tasa de desempleo más alta de EE.UU.: 5,1%.
Carolina del Norte
En 2020 Trump ganó en este estado por 74.000 votos ciudadanos, actualmente supera a Harris por un punto porcentual.
Para Liz Mair, asesora política republicana y presidenta de la empresa de consultoría Mair Strategies, es claro que un elemento que podría afectar las votaciones en este estado es la respuesta que se ofrezca ante el impacto destructivo que recientemente dejó el huracán Helene.
“No sabemos cuántas vidas hemos perdido. Dependiendo de lo cerrada que esté la competencia electoral en ese estado, eso podría importar”, dijo la asesora a BBC Mundo.
Georgia
En 2020, Biden ganó los 16 votos del colegio electoral de Georgia por una ventaja de 13.000 votos populares.
Los supuestos intentos de Trump por intentar revertir ese resultado derivaron en un juicio penal en su contra aún en marcha.
El triunfo de Biden en este estado fue posible gracias al apoyo que obtuvo de los votantes negros, que representan un tercio de la población de Georgia.
Sin embargo, el desencanto de estos electores y de los hispanos ha derivado en una caída del apoyo a los demócratas en Georgia, algo que Harris intenta cambiar. De momento se encuentra un punto porcentual por debajo de Trump.
Michigan
El representa 15 votos del colegio electoral y durante los últimos dos comicios presidenciales fue clave tanto para la victoria tanto de Trump en 2016 como para la de Biden en 2020.
Sin embargo, en los últimos 11 meses, los demócratas han tenido un retroceso en ese estado debido al apoyo que el gobierno de Biden le ha dado a Israel durante la guerra en Gaza. Esa reacción negativa se explica por el hecho de que Michigan es el estado con mayor proporción de población árabe de EE.UU.
Aun así, Harris aventaja a Trump en las encuestas allí por dos puntos porcentuales. Los tres principales cargos electos del estado los ocupan mujeres demócratas, puede significar un buen presagio para Harris.
Wisconsin
Este estado representa 10 votos del colegio electoral y, al igual que Michigan, le dio apoyo mayoritario tanto a Trump en 2016 como a Biden en 2020. En ambos casos por un margen estrecho de unos 20.000 votos.
Los vínculos históricos con los sindicatos y el hecho de que la población es menos religiosa hacen que los demócratas gocen en Wisconsin, Michigan y Pensilvania de un mayor apoyo entre los electores blancos sin estudios universitarios, un grupo de votantes que tiende a votar de forma clara a favor de Trump.
Según las encuestas, Harris cuenta con dos puntos porcentuales de ventaja sobre Trump en Wisconsin.
Pensilvania
Este estado cuenta con 19 votos en el colegio electoral, los expertos consideran a Pensilvania como el estado bisagra más importante para ambos candidatos. Acá Harris aventaja a Trump por un punto porcentual.
Expertos sostienen que Harris no aprovechó la oportunidad de postular como su candidato a vicepresidente al gobernador demócrata de este estado, Josh Shapiro.
“Eso le habría dado a su campaña una ventaja en Pensilvania, pero por alguna razón ella escogió a un candidato que no pertenece a ninguno de los estados péndulo”.
La economía -y, en especial, la inflación- es considerado como uno de los temas clave en Pensilvania, que es el estado de EE.UU. donde más han aumentado los precios de los víveres en EE.UU., de acuerdo con la consultora Datasembly.
Cómo lograr la ventaja decisiva
Pero en una elección tan cerrada, ¿qué pueden hacer los candidatos y sus campañas para lograr una ventaja decisiva que los lleve a la Casa Blanca?
La asesora Liz Mair aseguró unas semanas atrás que, a falta de un mes para el día de las elecciones, el periodo de persuasión ya ha culminado, por lo que los candidatos deberían centrar sus esfuerzos en la movilización de los electores que les apoyan.
“A estas alturas, cuando ya tenemos gente votando [por correo o con voto anticipado], creo que es muy poco realmente lo que los candidatos pueden hacer. Lo más obvio que puede impactar el resultado son las operaciones para aumentar la participación electoral”, sostiene Mair.
“Es una de las cosas más inteligentes que he visto hacer en una campaña. Contar con listas de tus votantes potenciales de forma de poder acercarte a ellos el día de las votaciones y asegurarte de que participen. Esa es una de las pocas cosas que los candidatos pueden controlar hasta cierto punto. Básicamente, se trata de una operación de participación”, dice Mair.
Por su parte, Ayres apunta que a estas alturas ya la gran mayoría de los electores han tomado una decisión y que, al estar las elecciones tan reñidas en los estados péndulo (bisagra), es probable que el resultado final lo determinen un pequeño grupo de electores allí que no han decidido aún si votarán ni por quién.
El experto apunta que hay cuatro grandes temas de campaña que tienen peso en los siete estados péndulo.
“Aborto, democracia, economía y migración son asuntos críticos, aunque tienen mayor peso en un lugar que en otro. En Arizona, por ejemplo, la inmigración es muy relevante, pero todos esos temas son importantes en todos los estados péndulo”, apunta Ayres.
Explica que a estas alturas de la carrera presidencial, lo usual es que los equipos de campaña se mantengan al guión que han trazado en torno a los temas que tienen en su agenda.
Mientras la agenda republicana se centra en la economía y la migración, los demócratas se enfocan en el derecho al aborto y la defensa de la democracia. Claro está que, al final, todos deben abordar todos los temas.
En el caso de Harris, por ejemplo, Ayres apunta que ella intenta cambiar la percepción que tienen los votantes de que los republicanos saben manejar mejor que los demócratas la economía del país.
“Harris está haciendo énfasis en la economía y en su propuesta de ayuda a la clase media, para intentar cerrar la brecha de confianza sobre la gestión de la economía que ahora favorece a Trump. Eso es justo lo que ella debe hacer”, dice Ayres.
Liza Mair apunta que desde que Harris llegó a la carrera presidencial ha tenido que cerrar esa y otras brechas que existían debido a que Biden había perdido apoyo entre distintos grupos de electores, incluyendo los hispanos.
La experta cree que Harris podría intentar movilizar más el voto latino a través de su propuesta para impulsar el sector de la construcción de viviendas.
“Si ella quisiera intentar conseguir un 2% o 3% adicional entre el voto hispano, sería inteligente que saliera y hablara sobre esas políticas, pues muchos latinos trabajan en ese sector o en industrias relacionadas.
Y si se construyen muchas nuevas viviendas, las oportunidades que tendrán de mejorar su situación socioeconómica serán mayores”, indica.
En el caso de Trump, Mair señala que uno de los puntos débiles que tiene es el apoyo de las mujeres que, paradójicamente, estaría perdiendo tanto entre las que apoyan el aborto como entre las que se oponen a él.
“No creo que consiga sumar a muchas mujeres aparte de las que ya lo apoyan”, dice.
La experta advierte que más allá del rechazo por parte de las mujeres que apoyan el derecho al aborto, Trump también pierde apoyo entre mujeres conservadoras a las que no cae bien su intento de presentarse como un “protector”.
“Las mujeres que buscan a alguien que las proteja y que piensan en ese tipo de roles de género ya están votando por él. Pero creo que es más probable que las mujeres que no lo están votando consideren que eso es increíblemente condescendiente y estúpido y esa es una parte considerable de las mujeres más conservadoras que probablemente habrían votado a favor de los republicanos con cualquier otro candidato”, dice.
“En general, Trump tiene un problema con las votantes mujeres. Creo que por eso está tratando de presionar a los electores masculinos más jóvenes, que son menos propensos a participar, pero que cuando lo hacen tienden a favorecerle”, agrega.
La experta considera que es de esperar que Trump redoble su apuesta por estos electores masculinos, así como por su discurso anti-inmigrantes.
“Él tiene que concentrarse en conseguir que salgan a votar las personas que son increíblemente hostiles a todo lo que perciben como extranjero, principalmente a los inmigrantes, y a cualquier tipo de comercio exterior. Si puede hacerlo, podría ganar y con un apoyo mayor del que la gente espera”, asegura.
“En este momento, se trata de un juego de participación, no de persuasión. Y, para Trump, probablemente siempre ha sido un juego de participación”, apunta.
Así, en este último tramo de una carrera presidencial aparentemente reñida, el resultado parece depender de la capacidad de los candidatos de asegurarse de que voten quienes ya les apoyan y, al mismo tiempo, de persuadir al último puñado de indecisos.
Hay expertos también como Carlos Díaz-Rosillo (Ex Subsecretario de Defensa y Ex Director de Política Pública de la Casa Blanca) que sostiene que Harris ya llegó a su tope y por ende Trump puede resultar ganador en esta recta final por la carrera presidencial.
Debemos tener muy en cuenta que son 538 los votos electorales en juego distribuidos así: 435 Congresionales, 100 Escaños senatoriales, y 3 Electores del Distrito Federal, y de aquí deberá salir el número mágico de 270 para cualquiera de los dos candidatos, ósea la mitad más 1.
Según Díaz en los estados bisagra es en donde se deben concentrar los candidatos estas últimas semanas.
Al día de hoy en la mayoría de los estados van a votar por Trump, pero esto no decide que sea el Presidente ya, pues hay estados que cuentan con importantes votos electorales en favor de Harris, y es ahí en donde los estados bisagra cobran importancia.
El presidente de los Estados Unidos en realidad se elige el miércoles después del segundo lunes de diciembre con los 538 delegados de los colegios electorales (ósea un mes después de la votación popular), aquí un dato importante los parlamentarios o congresistas no pueden ser electores, cada partido decide quiénes votarán en el Colegio Electoral (escogen a personas de la más entera confianza para tal fin), aunque se puede presentar que alguien pueda cambiar el voto, en algunos estados eso es delito y en otros no.
Según Díaz-Rosillo en 43 estados el candidato Trump va a obtener 219 votos electorales y la candidata Harris 226 votos electorales, quedando en juego los 93 votos de los estados bisagra.
En USA un voto popular es igual a 1.000.000 de votos populares solo con excepción de dos estados Nebraska y Maine, en Maine posiblemente Harris obtenga 3 votos electorales y Trump 1.
Cabe también la posibilidad de un empate de ambos candidatos de 269 a 269 (eso ha ocurrido solo dos veces, en 1800 y en 1824) casualmente los expresidentes Adams padre e hijo, de darse este escenario la elección de Presidente pasa a la Cámara de Representantes y la elección de Vicepresidente pasa a Senado, aquí lo interesante es que cada estado tiene un voto (quiere decir que los 54 votos electorales de California pasarían a ser un solo voto al igual que el de Dakota del Norte que es un solo voto, la cuestión se complica en donde haya un empate entre los Representantes por ejemplo en un estado de 16 y que haya 8 demócratas y 8 republicanos, esto puede dar lugar a una crisis constitucional (cosa que nunca ha pasado) hasta que alguien cambie el voto, en este escenario aplica igual el que no llegue a los 270 votos electorales no puede ser Presidente.
Sí las elecciones fueran hoy indudablemente ganaría Trump 302 a 236 de Harris.