En Colombia uno de los mayores retos que existen en el campo de la educación es la lectura, pero más allá de aprender a leer, es saber interpretar y aprender de una manera más sencilla lo que deja un libro para captar no solo la atención, sino mejorar la instrucción y fortalecer las habilidades cognitivas durante la adolescencia y posteriormente en la adultez.


Según estudios generados por el Banco Mundial, 2 de cada 3 niños en Colombia no logran leer un texto simple a los 10 años, afectando de manera sustancial su futuro profesional y sus capacidades de aprendizaje, evidenciando además que al momento de llegar al final de su proceso de formación secundaria, muchos jóvenes no saben interpretar la lectura de diversos textos generando posteriores niveles de deserción en la educación superior.


Aunque podría verse varios orígenes de este fenómeno, uno de los más evidentes radica en la misma normativa educativa nacional, hallando en la Ley General de Educación de 1994 elementos que agudizan la crisis al no generar políticas efectivas desde los procesos curriculares en las escuelas del país para fortalecer la escritura, la lectura y la interpretación durante los primeros años de educación primaria, teniendo especial énfasis en las zonas rurales, haciendo crecer enormes brechas en el acceso al aprendizaje efectivo.


“Cada día, un niño o niña enfrenta las consecuencias de no saber leer, ni entender lo que se lee. Su frustración debe ser el llamado de urgencia para cambiar esta realidad” indica Tanta Chapuisat, representante de UNICEF en Colombia, quien asegura además: “ La definición de guías para la enseñanza de lectura y escritura a partir de lo que la evidencia demuestra que funciona es un paso para cerrar las brechas y garantizar los aprendizajes de la niñez, así como su permanencia en la escuela”.


Así, y a partir de varios análisis desde UNICEF en Colombia se ha realizado frente a la lectura, se ha unido con la Fundación Aprender a Quererte, entidad creada por la banda colombiana Morat, lanzan una petición a favor de la educación para niños y niñas que permitan el fortalecimiento de guías para garantizar una mejor lectura y escritura a tiempo, siendo parte de la campaña “Quiero entender” que busca mejorar las condiciones de vida y formación de muchos menores de edad en Colombia.


Esta iniciativa presentada en el foro: “Quiero entender: ¿qué hacemos para que niños y niñas aprendan a leer a tiempo?” realizado en Kapital House al norte de Bogotá, ha involucrado a diversos sectores de la sociedad colombiana para fortalecer el desarrollo de una mejor enseñanza hacia la lectura, siendo apoyada por entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo, junto a la Fundación Carvajal, Fundación Luker, Global Humanitaria, el Laboratorio de la Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, docentes de la Universidad de Los Andes, entre otros.


“En Bogotá pusimos unos objetivos y comenzamos a medir indicadores para mejorar la calidad de las habilidades lectoras de los niños bogotanos, focalizando los esfuerzos en estudiantes de segundo y tercer grado en los colegios públicos de la ciudad, fortaleciendo el papel de los docentes con guías prácticas para los estudiantes y realizando pruebas a más de 35.000 menores para ver si funcionan las estrategias para mejorar los niveles de lectoescritura, mostrando que mejoraron en más de 85%, por lo que podría replicarse en otras zonas del país, adaptando a las realidades de las regiones”, indicó Edna Bonilla, ex secretaria de Educación de Bogotá en medio de este panel que fue acompañado de figuras como Cecilia María Vélez, ex ministra de Educación; Carolina Piñeros, directora ejecutiva de Red PaPaz; y Juan Pablo Aristizabal, director de la Fundación Aprender a Quererte, y moderado por Catalina Duarte, especialista de educación de UNICEF.


Para ser parte de esta iniciativa, puede encontrar más información a través del portal www.quieroentrnder.co; donde podrá encontrar material acerca de la campaña, además de firmar esta petición que busca llegar a los escenarios del Estado y que garantice que los niños y las niñas puedan aprender y mejorar la capacidad de lectura a lo largo de los años.