La profesora, investigadora y escritora colombiana Cristina Rojas lanzará la segunda edición de su libro Civilización y Violencia: La Búsqueda de la Identidad en el Siglo XIX en Colombia en la Feria Internacional del Libro de BogotáLa publicación será presentada el próximo jueves 20 de abril a las 6:00 p.m. en el auditorio Gran Salón Raíces A de Corferias, en un panel en el marco de la agenda cultural del evento literario.


Frente a su regreso a Colombia y ante el hecho de presentar su obra en la Feria del Libro, Rojas destaca esta grata oportunidad y la importancia de este escenario para el país: “la FILBo provee un escenario ideal para ampliar el alcance de las soluciones a la violencia y para crear solidaridades entre diversas organizaciones y naciones”. 


En cuanto a la obra que cuenta con un prólogo del reconocido Jesús Martín-Barbero, la autora manifiesta que esta pieza llega en un momento de cambio y reflexión en Colombia. El libro plantea cómo se entrelazan la civilización y violencia, formando una relación la cual no es necesariamente la de una civilización que domestica la violencia, sino de una civilización como posible fuente de violencia.

 

Cristina afirma que: “la nueva edición de Civilización y violencia se hace en un momento propicio para reflexionar sobre la extensión y pervivencia de la violencia en Colombia y aún más importante para avalar propuestas para convivir en la diversidad. Este momento es especialmente relevante para apreciar cómo la política de comunidades étnicas y campesinas no se limitan a cuestionar la existencia de un único orden civilizatorio, sino que desde sus experiencias de violencia proponen formas alternativas de relacionarse con el territorio y con otras comunidades”.


Además, en el texto de la editorial Pontificia Universidad Javeriana, la autora propone que si bien en el siglo XIX las élites criollas se distanciaron de las estrategias de guerra que prevalecieron en la colonia, su propuesta de asimilación generó violencia al pretender eliminar los proyectos de vida que incomodaban al proyecto civilizador de los gobiernos, incluyendo los de poblaciones indígenas, negras y artesanas. La violencia privó a estas poblaciones de un lugar desde donde negociar su existencia.


Finalmente, el balance al final del siglo fue un recorte de derechos civiles y políticos, facilitando el gobierno a través de la moralidad, el autoritarismo y la religión como principios rectores consignados en la Constitución de 1886.   

 

El libro también documenta propuestas de civilización que emergen de la violencia, como fue el caso de las iniciativas de las comunidades negras del Pacífico que surgieron en medio de los horrores de la esclavitud. Algo similar sucedió durante los periodos de violencia generalizada del Siglo XX que promovieron la diversidad como estrategia de paz. 


Así sucedió a finales de los 80 's cuando distintas fuerzas sociales, incluidas representantes de poblaciones indígenas, participaron en la Asamblea Constituyente para redactar la Constitución de 1991. Además de reconocer los derechos territoriales de la población indígena y afrocolombiana y sus formas de gobierno, la Constitución abrió las puertas a la diversidad declarando a la nación pluriétnica y multicultural. Este fue también el caso de la negociación de un capítulo étnico en el Acuerdo de Paz.