Los coletazos provocados por las medidas de restricción generadas por la pandemia de COVID-19 entre 2020 y 2021, además de conflictos de escala global como la invasión rusa a Ucrania que está cerca de cumplir 1 año, ha llevado que el 2022 se convirtiera en un año de enormes dificultades para la economía global que ha tenido un efecto inflacionario bastante elevado, llevando a que el planeta este cerca de entrar a un periodo oscuro con una recesión a la vista.


Sin embargo, durante este año, no todos los sectores de la economía agrícola que ha sufrido de manera significativa con el incremento de precios en insumos y fertilizantes provocados por el conflicto de Rusia con Ucrania y la aún vigente crisis logística en los puertos del planeta; han logrado de manera significativa mejorar sus niveles de producción y comercialización, incluso ayudando a mitigar los efectos de inflación, especialmente en países como Colombia, cuyo panorama tiene incertidumbres globales como locales.


Dentro de estos sectores de la agroindustria nacional, la producción de aceite de palma ha sido una de las que mejor comportamiento ha tenido durante el año 2022, teniendo durante la presentación de los indicadores del año que ha terminado, la cual fue presentada por el presidente de la Federación Nacional de Productores de Palma de Aceite – Fedepalma Nicolás Pérez Marulanda en compañía de medios de comunicación del país.


Pero, para comprender este buen momento que tiene el aceite de palma colombiano, hay que comprender que durante el 2022, elementos tanto coyunturales como técnicos y de innovación han permitido que hoy, este producto agrícola nacional se convierta en uno de los más apetecidos del mercado global, y ganando de manera constante terreno en el entorno local.



Un periodo lleno de innovación, precios positivos y recuperación de terreno productivo en Colombia.



Uno de los elementos fundamentales que ha tenido el buen momento de la producción y comercialización del aceite de palma colombiano, ha sido la corrección de precios que ha permitido una disminución considerable de los precios de producción, los cuales ha permitido competir de manera significativa con otros aceites vegetales y animales, afectados por las coyunturas globales.


Otro de los elementos que ha beneficiado para que Colombia haya aumentado la producción en los 12 meses del año 2022, ha sido la recuperación de regiones productoras que sufrieron diversas enfermedades asociadas al cultivo de palma africana, utilizando la genética para mejorar la calidad biológica de la plantación, llevando a crear un híbrido entre la palma africana y la americana que es más saludable y resiste las infecciones provocadas por agentes externos, llevando a que la región del Urabá Antioqueño nuevamente sea uno de los principales productores de cosechas de palma de aceite.


Además de esta buena noticia, Colombia ha logrado aumentar la producción, llegando a 1,7 millones de toneladas en 2022, en comparación al 2021 que estuvo cerca de las 1,6 millones de toneladas, aumentando a más de 100.000 toneladas, creciendo de manera significativa el porcentaje de exportación, llegando a cerca del 20% de producción, llegando a naciones como España, Países Bajos o Italia, que tiene en promedio el 48% de ventas internacionales que tienen los productores de palma colombiana.


Bajo esa dinámica, uno de los elementos que ha convertido al aceite de palma colombiano en uno de los más apetecidos del mundo, han sido las políticas de sostenibilidad que la Unión Europea han tenido, los cuales en el caso colombiano no solo ha cumplido a cabalidad, sino que en términos de pureza y procesamiento sustentable se ha convertido en un producto que ha logrado entrar de manera positiva, incluso mejorando las condiciones de venta bajo acuerdos de fortalecimiento comercial en productos agrícolas.


Además, el crecimiento de exportaciones ha incrementado considerablemente en países como Brasil o México, los cuales a pesar de ser países productores de palma, los niveles deficitarios del sector en estas naciones han llevado a que importen aceite de palma a estos territorios, siendo para Colombia, mercados en crecimiento en los últimos 10 años.


Junto a estos elementos frente al comercio internacional de aceite de palma proveniente de Colombia, el país ha aumentado considerablemente la cantidad de hectáreas cultivables de aceite, logrando que se fortalezcan 4 zonas palmeras, especialmente en los Santanderes, la Costa Caribe, la región de los Llanos Orientales, la región del Urabá y la zona Suroccidental en Valle del Cauca y Cauca, además de proyecciones en la zona central del país, logrando que cada vez más la producción llegue a las 1,8 millones de toneladas, meta que se espera lograr al finalizar 2023.


Además, el incremento del uso del aceite de palma en sectores como los biocombustibles y el consumo humano, han llevado a que el incremento de producción, haya logrado cifras positivas, teniendo a este primer consumidor con un incremento del 40%, utilizando cerca de cerca de 573.000 toneladas para la mezcla con Diesel, alcanzando elementos clave para la sostenibilidad y la transición energética, elemento fundamental dentro de las políticas del nuevo gobierno.


Los retos de la industria de la palmicultura colombiana.



A pesar de las cifras positivas que han puesto a la producción palmera como sector clave en la agroindustria colombiana, los retos frente a las coyunturas políticas y sociales del país son enormes y desde Fedepalma han presentado diversas estrategias que permiten no solo ir a la dinámica de la actualidad nacional, sino de beneficiarse de las nuevas políticas en materia agrícola de la nación.


Uno de los desafíos se encuentra en las actuales protestas sociales y las tomas de terrenos que diversas comunidades han hecho en cultivos palmeros, los cuales de la mano del ministerio de Defensa y otras autoridades del nuevo gobierno han tenido que dialogar para que se garantice la seguridad y la protección de cultivos como del personal que trabaja en los mismos.


Otro de los retos han sido de tipo logístico, teniendo en los bloqueos de vía provocados por protestas como en situaciones ambientales enormes dificultades que han llevado a que la industria palmera solicite apoyo de las autoridades locales como nacionales, para garantizar que las cargas de materias primas como de productos terminados e insumos lleguen a destino, además de proteger los camiones de carga, afectados en los últimos 4 meses.


Junto a estos, el aumento de la inseguridad, especialmente con el incremento de secuestros, extorsiones y otros mecanismos utilizados por grupos insurgentes y bandas criminales locales han llevado a que desde el gremio palmero lance alertas a las autoridades de seguridad colombiana para garantizar que hayan medidas de protección más eficientes y efectivas en los próximos meses.


Además, los efectos inflacionarios y las políticas económicas han puesto a la industria con enormes dudas, teniendo que encontrar medidas frente a la producción, permitiendo que la disminución de precios internacionales como el aumento de cosechas gracias a los efectos climatológicos positivos que ha tenido Colombia en los últimos 2 años, le den mejores indicadores que apoyen a jalonar la dinámica económica colombiana.


Sumado a esto, el transporte y la logística internacional aún afectada por la crisis de buques cargueros y contenedores causado por la pandemia de COVID-19 en el 2020 aún afecta algunos valores de venta en otras naciones, teniendo como desafío poder mejorar las condiciones de comercialización en mercados como Estados Unidos o Asia.


Datos sobre la palmicultura colombiana.

Es considerado uno de los sectores con mayor formalización laboral en el país con cerca del 88% de puestos debidamente inscritos en el sistema de seguridad social y con contratos a términos fijos o indefinidos, además de tener dentro de esta cifra un 33% de mujeres trabajando en la industria palmera.


Es actualmente el cuarto mayor exportador de palma de aceite del mundo luego de indonesia, Malasia y Tailandia, teniendo 2,8% del mercado internacional, exportando a mercados europeos, y siendo considerado uno de los aceites crudos con mayor nivel de sostenibilidad, teniendo un mejor acceso a dichos mercados en los últimos años.


Además, el aceite de palma 100% colombiano, ha tenido una de las políticas de reutilización más eficientes del mercado, trabajando activamente con autoridades sanitarias y empresas de acueducto del país, para garantizar entre otras el uso correcto y la disposición final del producto, haciendo a Fedepalma una de las entidades con mejores políticas ambientales de la economía colombiana.